¿Y usted todavía se cree las encuestas?

Cuando apenas quedan 20 días para que tengan lugar las presidenciales americanas las encuestas parecen estar abiertamente decantadas por una victoria de los demócratas en la figura de Joe Biden y Kamala Harris, con un average de +10 puntos a favor de éstos y en contra del actual mandatario.

Sin embargo, contra todo pronóstico, las opiniones que desacreditan esta foto están creciendo conforme se acerca el final del partido. Ya no es que se apele al ridículo que hicieron demóscopos (con honrosas excepciones) y universidades como la de Princeton (que dijo que Clinton ganaría con un 99% de probabilidad), sino que se buscan una serie de datos que suelen quedar fuera de las encuestas tradicionales y que finalmente dan la victoria en el colegio electoral necesario.

A este respecto los analistas de Camelot Portfolio han querido elogiar la labor encomiable de Trafalgar Group, uno de las pocas casas de análisis que en su momento lograron acertar con los resultados de 2016 y especialmente con las victorias que iban a producirse en los swing states o «estados bisagra» de los cuales depende superar ese umbral de 270 electores que te dan la presidencia.

El secreto del éxito de Trafalgar Group, que también acertó en las elecciones de 2018 e incluso en el Brexit, es ajustar sus encuestas para capturar el voto disperso y en especial para revelar el llamado «voto oculto». No es baladí esto último, según publicó el Democracy Institute en su informe de Septiembre el 77% de los votantes de Donald Trump no admitirían el sentido de su voto ante amigos y familiares, lo cual de no ser tenido en consideración dejaría cualquier encuesta en papel mojado. Con ello, Trafalgar Group da la victoria a Trump al menos en los estados clave de Carolina del Norte, Arizona, Florida y Michigan, que sumados al Firewall Republicano (es decir, aquellos estados que tradicionalmente votan al partido del Elefante) serían 275 votos electorales. Victoria.

En paralelo al análisis de Camelot Portfolio sobre la base de encuestas de Trafalgar Group, ahora ha sido ni más ni menos que dos entidades de peso las que han puesto en cuarentena las previsiones, especialmente porque parece que buena parte de los inversores institucionales ya están haciendo cábalas como si el resultado estuviere claro.

Por un lado tenemos al holandés Rabobank, quien por boca de Michael Every, uno de los responsables del departamento a análisis de mercados, duda en primer lugar del average de encuestas al no incluir a díscolos de los resultados (y que además acertaron de lleno la vez anterior) como el Democracy Institute ya mentado o Zogby Analytics. Acto seguido lo que también pone de relevancia es que, pese a todo lo que pueda parecer, en los estados clave ahora mismo estamos en el mismo gap (diferencia entre un candidato y otro) en el que se encontraron Trump y Clinton en 2016 y cuyo desenlace todos conocemos.

La segunda entidad en dudar de los pronósticos es la todopoderosa JP Morgan, quien por boca de Marko Kolanovic, analista del departamento de estrategias cuantitativas, ha querido ir un paso más allá buscando la intención de voto en función de los votantes registrados. Haciendo un repaso estadístico ha podido comprobar que existe una correlación directa (beta 1,1) entre el número de votantes registrados y el resultado de las elecciones, con lo que puede decirse que los cambios entre el peso de Demócratas registrados – Republicanos registrados incide en lo que pasará, especialmente en las cifras que arrojen los estados bisagra. Así, elaborando una tabla comparativa con algunos de estos estados, vemos que lejos de revertirse la tendencia de 2016 (que dio la victoria a Trump) dicha tendencia se habría acrecentado en varios de ellos.

Sintetizando, JP Morgan estaría reafirmando la victoria de los Republicanos como mínimo en Carolina del Norte, Arizona y Florida de acuerdo con las previsiones que vimos que da Trafalgar Group, pero además sumaría al cómputo el estado de Pennsylvania, cosa que tiene especial atractivo por tratarse del lugar de origen del propio Biden. 

En definitiva y de cara a lo que nos interesa, si tal y como están denunciando varios analistas las casas de inversión han hecho sus estrategias en base a una supuesta victoria electoral que no está en absoluto clara, ¿cómo cabe esperar que se comporten las bolsas si la Blue Wave (Ola Azul, como se conoce a una arrolladora victoria demócrata) queda en chapoteo? A este respecto lo que nos vale es la historia, una vez más, y en honor a ella vemos que contrariamente al apocalipsis presagiado por insignes como Paul Krugman, desde que Trump ganó las elecciones el Nasdaq ha crecido un +126,54%, el S&P 500 un 62,26% y el Dow Jones de Industriales un 52,17% a pesar de la crisis del COVID que ha asolado el mundo.

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