El quedabién

La gran riqueza de nuestra lengua española obliga a una institución tan importante como es la Real Academia Española a actualizarse de manera constante. La actualidad social y política han obligado a nuestros académicos a incorporar recientemente términos como “coronavirus”, “finde”, “fascistoide” o “trol”. Terminología que ya se puede encontrar en el ilustre diccionario de la RAE.

Si bien es cierto que, los muy Ilustres son permeables a las tendencias políticas del momento. desde este humilde rincón de pensar, yo propondría un término muy actual que los milenials usamos con asiduidad y que, por aséptico que parezca, no les crearía enemistades incómodas a los académicos. El término en cuestión sería “quedabien”.

Esta palabra nos serviría para relacionar en estos momentos al señor Pablo Casado con ella. La generación más veterana, como diría Adriana Lastra, utilizaría tal vez ese término tan manido y recurrente como “demagogo”. Alguien está mal aconsejando al señor Casado y no le vendría mal que un “niño” le dijera aquello de “el Rey va desnudo”.

El señor Casado trata de ganarse el voto obrero con un giro hacia la socialdemocracia, diciendo a todo el mundo lo que quiere escuchar. ¡Qué gran error! Si algo deberían haber aprendido los ‘populares’ de nuestros vecinos de europeos es que, en la situación actual, los barrios obreros buscan refugio en las tendencias de derechas.

Mire Sr. Casado en que ha quedado el socialismo francés y mire adónde ha llegado el Frente Nacional. Para gobernar, hay que tener claro que no se puede contentar a todo el mundo. Pretender hacerlo es pecar de “quedabién”. Y como aquí servidor no es un “quedabienista”, me permitirán que les haga unos breves apuntes de aquello que debería estar manifestando el Presidente del PP sino estuviera enfrascado en la búsqueda del ‘centro’.

Recordarán que, en la reciente oleada de incendios en Canarias, a los vecinos que se les desalojó, se les dio refugio en pabellones deportivos y se les dotó de un bocadillo y una botella de agua. Una imagen que contrasta con los hoteles de 4 estrellas que alojan a los ilegales que llegan en pateras a las costas canarias.

A estos hechos, sumémosle la invasión que nos llega del Magreb en vuelos Business fletados por el Ministro Marlaska, la imparable destrucción de empleo, los innumerables autónomos que bajan definitivamente la persiana de sus negocios… La ciudadanía no quiere reflexiones buenistas cargadas de moralina socialdemócrata.

Lo que pide la escasa clase media que queda y la clase obrera es un análisis crudo de la realidad además de una serie de soluciones que estén a la altura de los problemas. No es momento para un quedabién, que sólo obtendrá el respaldo de unos pocos pijiprogres mayoritariamente catalanes y de alguna que otra oveja descarriada naranja.