Pasa el tiempo y seguimos sin vacuna para el populismo de izquierdas que nos “vende” lo público como un derecho. Que nos dicen lo bueno que es la sanidad, educación, eléctricas y bancos públicos. Da igual que tengamos como ejemplo reciente el resultado de una banca pública (Cajas de ahorro) y como llevaron a dos rescates, uno por Zapatero, insuficiente como todo lo que hizo, y otro por Rajoy que acabó con la “evaporación” de millones de euros de nuestros impuestos.
El anzuelo más común es la salud y el alto coste de los seguros en los Estados Unidos el lobo, bueno, ambas cosas son falsas. En EE. UU. pagas según el seguro que tú elijas, con las coberturas que tú elijas y puedes encontrarlo desde los 60€ mensuales. Tienes claro lo que contratas y lo que pagas cada mes. Aquí no, conviene mezclarlo todo, para nunca conocer exactamente cuanto nos está costando esa maravillosa sanidad que se desmorona cada invierno con las gripes y que colapsa con una pandemia.
La sanidad pública se financia con los impuestos que cobra el estado (sin partida específica) y este pasa a las CCAA que son quienes lo gestionan. Algunas CCAA han agregado el “céntimo sanitario” (4,2 céntimos por litro de combustible), con la justificación de que el dinero que proviene del estado no es suficiente. Algunas han seguido cobrando el céntimo sanitario, aun cuando ha sido declarado ilegal, pasa lo mismo con la “plusvalía municipal”, se aprovechan del desconocimiento de la gente.
La cantidad de: “Seguridad Social” que se descuenta de las nóminas, no está destinada a pagar la atención sanitaria, sino el paro o la jubilación. Nadie paga un impuesto específico para ser atendido, ni “interesa” conocer el costo, todo lo contrario, a la transparencia.
Han dejado de lado la idea de dar una factura informativa, con el coste de la atención recibida en hospitales. Además de no concienciar a nadie, pensaron que quienes tienen un seguro privado podían reclamar esas cantidades o deducirlas de sus impuestos, lo cual sería justo. Al igual que quienes usan la educación privada deberían deducir ese coste de sus impuestos, ya que no utilizan los servicios públicos que sí están obligados a pagar.
La salud no es gratis, el personal sanitario no trabaja gratis, las maquinas no son gratis, salvo las que dona Amancio Ortega, la electricidad, conexión a internet y mantenimiento de las instalaciones tienen un coste. Coste que pagas cada vez que compras algo (IVA), heredas (sucesiones), trabajas (FOGASA, CC, SS…) Dejemos de decir que la sanidad pública es gratis, es lo más caro e ineficiente que tenemos.
España tiene la mayor tasa de contagio del personal sanitario del mundo.
Esta pandemia hemos visto como líderes de la izquierda han querido sacar su bandera: “lo público”, para presumir de ello, han convencido a muchos a salir a los balcones para aplaudirles, ¿pero realmente hay algo de lo que presumir? No lo veo así, la gestión, que al igual que con las Cajas de Ahorro la realizan funcionarios dirigidos por el dedazo político de turno, ha demostrado que el mastodóntico gasto de la sanidad es injustificado. Han faltado EPIs para el personal, en un año quitando Madrid que ha hecho un hospital en tiempo récord las CCAA han tirado de hospitales de campaña, carpas, alguna en condiciones lamentables como en el “hospital” de campaña de Valencia.
También hemos visto como “necesitan” más impuestos para comprar en China, a través de algunas empresas dudosas, todo tipo de material sanitario. O para pagar ERTEs, entre ellos, a sanitarios de la privada para que estén en sus casas, con las instalaciones (hospitales, centros sanitarios privados) cerrados. Nada de intentar rescatar los telares nacionales, ni intentar unir esfuerzos con la sanidad privada.
El “hambre” del estado es insaciable, principalmente del actual. Cada día más y más impuestos por: “la sanidad”, aunque la realidad eleva el gasto público 807 millones en sobresueldos. Ahora que el Social-Comunismo gobierna, ya no hay casta, ni poderosos que molestan. Molestan los Youtubers que hartos de ver como se quedan con la mitad de lo que producen se van a otros países. Aunque realmente debe molestarles las criticas al gobierno, criticas que el actual gobierno hacía en la oposición, porque no he visto ni una sola al “clan” Barden por hacer lo mismo, estos con condena. Molesta Amancio Ortega porque “paga pocos impuestos y por eso dona” a pesar de haberse desmentido cientos de veces con números, pero la realidad es el mayor enemigo del social-comunismo.
Juan Pina: “No es insolidario quien refugia una parte de su riqueza fuera de su país, sino quienes pretenden que trabaje durante un cuarto, un tercio o la mitad del año para pagar unos impuestos abusivos y confiscatorios”. Pero la “progresía” se pone patriótica, cuando se trata de que tú pagues impuestos.
Esperemos que el siguiente gobierno sea liberal. Que quite, parte al menos, de este mastodóntico estado que necesita estrangular el esfuerzo de quienes generan empleo y de sus trabajadores. Que esta vez sí, cumplan con lo que prometen en campaña, que manden a esos viejos elefantes (los senadores) a su casa o a donde ellos puedan ir. Que eliminen ayuntamientos de pueblos pequeños, dando “cobertura” desde otros. Que el numero de “puestos de confianza” (dedazos a amiguetes) se reduzca al mínimo imprescindible. Que seamos libres de elegir como gastar nuestro dinero, que modelo queremos cada uno.
Extracto del programa marco del Partido Libertario de España (P-Lib): “El mecanismo de cheques o bonos para la sanidad, la educación y otros servicios dota de transparencia al sistema. Se deja de subvencionar al conjunto de la sociedad (incluidos quienes no lo necesitan) para subvencionar a aquellos que realmente necesitan el apoyo de todos. Se elimina la injusticia de que exista un servicio público de segunda (sin libertad de elección, con masificación y con una atención burocratizada) y otro privado limitado a quienes pueden pagarlo. Todos irán al servicio privado de su elección, pagando con dinero quienes puedan y pagando con el cheque estatal quienes no puedan«.
Milton Friedman: “Un país donde se anteponga la igualdad a la libertad, terminará sin ninguna de las dos«.
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