Un poco después de que Trump llegase a la Casa Blanca, cuando los británicos habían votado que querían salirse de la Unión Europea, un grupo de personas a las que os interesaba muy mucho la política nos pusimos a trabajar en una serie de propuestas que sirvieran para fortalecer ese proyecto común que por simplificar llamamos Europa.

Teníamos y seguimos teniendo muy claro, aquella máxima clásica de que “la unión hace la fuerza” o como decían en aquel programa ochentero de la Bola de Cristal “solo no puedes, con amigos sí”. Sólo basta mirar el mapa del mundo y ver el tamaño del viejo continente respecto de los demás para darse cuenta de que, si ya de por sí Europa no es demasiado grande, si encima la dividimos en estados y estos estados cada uno van por su lado, nada tendremos que hacer en el panorama internacional.

Pero la defensa de la Unión Europea, entendíamos, no puede ir sola, ha de apoyarse en otras patas que la sustenten y apuntalen su futuro. Estos otros pilares considerábamos que debían ser, la defensa de un modelo sostenible de crecimiento que asegurase que las generaciones posteriores tengan recursos de calidad disponibles, el apoyo a la familia que llamamos moderna, en la que ya no sólo se habla de padres e hijos sino de familias ampliadas con hijos de varios progenitores, familias monoparentales, etc… No se puede dejar de lado esta estructura social en la que se transmiten valores, se proporciona seguridad a los más vulnerables, mayores y pequeños y sobre la que hemos construido nuestra sociedad. Proteger a la familia es consolidar el futuro.

Nos decimos radicales porque en un escenario político en el que cada vez más se utilizan superficiales argumentos cuando no se va directamente al insulto, lo que se echa de menos es buscar soluciones yendo a la raíz de los problemas. Ser radical no es otra cosa que indagar a fondo cuáles son las causas y no quedarse en las consecuencias, eso implica diálogo, escucha activa y ganas, muchas ganas de encontrar la mejor solución, aunque esta no sea inicialmente la tuya. Así es como nació Europeístas, una asociación que pretende hacer política en favor de la Unión Europea, influyendo con sus propuestas en los partidos desde unos posicionamientos socio-liberales, defendiendo a la familia en todas sus formas y apostando por un desarrollo sostenible.

Desde abril de 2020, las cosas no han sido fáciles para nadie, tampoco para nuestra asociación, el virus nos ha dejado un poco noqueados, pero tenemos confianza en el nuevo curso académico. Poco a poco se ve la luz al final del túnel y podremos de nuevo quedar para hablar de política, preparar nuevas propuestas, grabar nuestros podcasts y seguir juntos construyendo Europa. Europa es un muy buen punto de partida para conseguir un mundo más justo y solidario. Nosotros apostamos por ello. ¿Te unes a Europeístas?

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