La imperiosa cultura de la prevención en la Ciudad de México

Una de las riquezas históricas de esta bella Ciudad son sus construcciones. Si te colocas en una de las esquinas de la zócalo capitalino junto a la calle de Francisco I. Madero, podrás observar a tu alrededor que te encuentres frente a tres épocas históricas diferentes: prehispánica, colonial y moderna; siendo estas, la Zona Arqueológica del Templo Mayor de México – Tenochtitlán, la Catedral Metropolitana, y la gran Torre Latinoamericana, siendo posible admirar la arquitectura de la gran ciudad como antes conocida “La ciudad de los Palacios”, siendo actualmente uno de destinos culturales más apreciados de América Latina.

Edificios cuyo procedimiento de construcción fueron realizados a conciencia, ya que, al cimentar grandes construcciones en el llamado lago de Texcoco con características de un suelo con alta sismicidad, así como el hundimiento general y prolongado del subsuelo, en la actualidad resulta complejo realizar construcciones debido a todo el estudio de zonificación ambiental que debe realizarse. La Ciudad de México, una de las ciudades con mayor crecimiento poblacional, cuyo dinamismo infiere a toda el área conurbada urbanizada por el flujo de personas que diariamente transitan por toda la ciudad, se enfrenta a los grandes problemas inminentes, siendo estos los siguientes:

Primero: Hundimiento de la Ciudad. El lecho lacustre sobre el que se encuentra la ciudad resulta inevitable año con año el hundimiento de la ciudad, acelerándose tras la explotación acuífera resultando ineficiente y preocupante el sistema hidráulico y de planificación en programas de obras, siendo importante resaltar el avance  presupuestal que se le ha dado al SACMEX (Sistema de Aguas de la Ciudad de México), siendo el órgano desconcentrado de la Administración Pública de la Ciudad de México cuyo objeto es – la operación de la infraestructura hidráulica y la prestación del servicio público de agua, potable, drenaje y alcantarillado – siendo una dependencia pilar de este servicio público vital. Esto lo vemos con el desborde del Río Tula en el Estado de Hidalgo a razón de que este río ha servido de vaso pluvial de aguas del Estado de México y de la Ciudad de México; es decir, el sistema de drenaje que capta los escurrimientos de los lagos de Texcoco, Chalco y Xochimilco, conectando con el lago de Zumpango específicamente; siendo prácticamente un sistema de desagüe de la Ciudad, que indudablemente el desborde a dañado los bienes inmuebles de toda la zona.

Segundo. Sobrepoblación. Cada vez resulta difícil la implementación de la Estrategia Nacional de Ordenamiento Territorial, establecida en la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, cuya finalidad última es establecer mecanismos de gobernanza de integración con otras entidades federativas. En este caso, los municipios para que la zona metropolitana/conurbada de la Ciudad se encuentren coordinadas con los servicios públicos, esto a razón de que gran número del flujo de personas que transitan de la zona metropolitana a la Ciudad de México son por motivos laborales. Todo esto sustentado de acuerdo con datos de la encuesta de origen destino en hogares de la Zona Metropolitana del Valle de México 2018 – entre semana se realizan 34.56 millones de viajes – resultando más de la mitad para ir al trabajo cuya duración promedio es entre media hora y dos horas aproximadamente, realizando un mapeo en relación con los 59 municipios conurbados del Estado de México y en Tizayuca Hidalgo. Resultando urgente goce y disfrute del Derecho a la Ciudad (derecho urbanístico como instrumento de inclusión social), mediante la regulación del uso del Espacio Público, siendo un indicador importante para desarrollo del nivel y calidad de vida del ciudadano.

Tercero. Alta zona de sismicidad. Al encontrase la Ciudad de México fracturada por los sismos de alta magnitud que ha acaecido, si observamos las calles y avenidas de la ciudad, podemos observar edificios con daños estructurales, los cuales ya son evidentemente inhabitables y que ya estando calificados mediante peritajes para su demolición con el gran riesgo de perjudicar su demolición a las construcciones aledañas, las autoridades de la Ciudad de México no se han cumplimentado, cayendo en negligencia y omisión la cual ocasionarían graves daños si se presentan sismos a futuro, Por lo anterior, reafirmo la obligatoriedad de vigilar el cumplimiento de las normas de construcción, así como reforzar la cultura de la prevención desde lo más simple como lo es el aseguramiento: seguros de vivienda; y de protección civil: ubicar en nuestra vivienda y centro de trabajo los lugares de riesgo y zonas seguras, tener la iniciativa de realizar simulacros en casa, así como tener nuestra mochila de emergencia.

Por las condiciones demográficas y geográficas en las que se encuentra la Ciudad, el Gobierno Federal, así como la Ciudad de México, no deben ignorar planificar y destinar el presupuesto y financiamiento a fondos de emergencia y desastres, como hemos observado los recortes de partidas presupuestales en el periodo pasado. Estos al ser tema de Seguridad Nacional, tanto la ciudadanía como el gobierno debemos de estar conscientes de los riesgos y consecuencias a largo plazo a las que nos enfrentamos.

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