Estamos rodeados. Los rusos y los bielorrusos nos amenazan con cortar el grifo de su gas. El temor a que el frío del este se cuele en nuestros hogares no deja de crecer día a día. La gente hace acopio de víveres, generadores y mantas, que después de lo del COVID-19 todo es posible, señora. Mucho más al este y para colmo de males, China nos está haciendo la puñeta con lo de los transportes, con lo del magnesio y con la escasez de microchips y que no nos engañen, en estos tiempos modernos, hasta un botijo lleva microchip. La que se ha liado, pollito.
Cada día está todo más caro. Las navidades más caras de la historia y aquí comprando velas, no se sabe bien si para iluminarnos cuando corten la luz o para ponérselas a un santo. Por otra parte, al otro lado, mucho más al oeste de las Azores, a un equipo de la Agencia EFE le retiran las acreditaciones de prensa y nos quedamos sin saber qué está ocurriendo en Cuba. Mi Cubita linda, mi Cubita bella que cantaba Gloria Estefan. Todos indignadísimos y al son del Guaguancó, unos quieren imponer sanciones, otros por supuesto que no y que siga la tradición, los derechos de la gente, una vez más y no sin asombro, pisoteados. Al norte, en la Escocia con olor a barrica de Old Scotch, las noticias tampoco son buenas. La Cumbre del Clima termina sin una declaración contundente que inste a los países a hacer, que ponga plazos y que permita ver un poco de luz entre tanta emisión de CO2. Al sur mejor no mirar. Como digo, estamos rodeados. Pero ¿qué podemos hacer nosotros?
Supongo que a nivel individual podemos ayudar a hacer de este mundo un lugar un poco más amble. Reciclar, elegir envases biodegradables, usar el transporte público, ponernos una sudadera para estar en casa en vez de en mangas de camisa. Comprar productos de temporada, pensar un poco más en el mañana y menos en el hoy. Tratar de que las satisfacciones inmediatas no gobiernen nuestra vida. Y elegir bien a nuestros gobernantes. Personas que construyan. Construir juntos con nuestros aliados, seguir y seguir construyendo Europa.
Una de las noticias de las que apenas se habla es de la reunión de los ministros de Defensa en Bruselas. Una reunión que servirá para poner las bases de la futura política de seguridad europea y que, si somos valientes y tenemos vista larga, puede ser el principio de un ejército europeo, de una política antiterrorista común y de una acción exterior con una sola voz. Son esos a los que votamos los que lo van a decidir, están ahí porque nosotros lo hemos querido así. No son otros, son los “nuestros” los que nosotros hemos puesto ahí. Queda mucho para las elecciones, pero no debemos olvidarlo.
El gas, la luz, los transportes, el magnesio, los microchips, la sostenibilidad o el clima tienen mejor solución con una Europa unida que se mueva en bloque. Hasta el son cubano sonará más libre si toda Europa le echa un cable.
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