Nueva fechoría del ejecutivo, ni de su totalidad siquiera, únicamente de la parte socialista encarnada en esa silueta alargada que de su Rocinante el Falcon hace. El desequilibrado inquilino de la Moncloa nos despertó con la brillante y maravillosa idea de poner fin al gas ruso, chafando el gas argelino, principal suministro de abastecimiento español. Es de sobra sabido que el siniestro personaje hace con las instituciones de su capa un sayo, pero esta vez el sociópata ha batido todos los récords; nuestro querido presidente del Gobierno ha pegado un cambio histórico en la política exterior de España respecto a Marruecos y el Sáhara, sin ningún derecho, sin contar con la oposición ni el Congreso, de la cual nos enteramos a través de un medio afín al rey marroquí. Literalmente, se ha pasado la voluntad y la soberanía tanto de los españoles por el mismísimo forro de la entrepierna.
Llevamos unos meses acá percibiendo el chorreo y la apertura de grifos de inmigrantes en las vallas de Ceuta y Melilla por parte de Marruecos cada vez más frecuentes en el último año y por miles. El chantaje al que nos tiene sometidos es de tal envergadura que la caricatura que realizan los medios árabes de nuestra nación representada en un pollino destartalado, corta se queda. Me haría gracia si la humillación fuese solamente dirigida a Sánchez, pero cuando realmente la irrelevancia nos representa a todos los españoles, se convierte en la ridiculización de todo un país a ojos internacionales por la ineptitud de sus gobernantes. ¿Qué tiene que ocultar el PSOE y sirve de achatamiento cada vez que regresa al gobierno por parte de nuestros vecinos musulmanes?
Queridos lectores, todos sabemos la decadencia desde aquel desgraciado 11 de marzo en la que empezó a verse sumido nuestro país y todos somos conscientes del vuelco electoral que produjeron aquellos atentados, mejor llamados cambios de régimen, 5 días antes de unas elecciones. Jamás supimos de la verdadera autoría de los asesinatos, solamente quienes fueron políticamente los grandes beneficiados de la masacre mediante las posteriores manipulaciones mediáticas y asedios a las sedes del ejecutivo entonces gobernante. Sí, amigos, valen mucho más por lo que callan que por lo que pudieran revelar, algo que no creo que sería de gran interés ni para Pedro Sánchez ni para el PSOE en su totalidad.
Éramos pocos y parió la abuela, no teníamos pocos rivales internacionales, como para ahora también añadir a Argelia que nos suministra el gas. Claro está que en una complicada elección entre el país que nos abastece y otro que nos suministra inmigrantes ilegales, la izquierda lo ha tenido fácil para decantarse, a dos telediarios estamos de que califiquen a Argelia de extrema derecha. Esto sumado al desabastecimiento originado a causa de la justificada huelga de transportistas, agricultores, ganaderos, pescadores y mundo rural, hacen de nuestro país una pandereta que ni Gila se atrevería a tocar. Pero sigamos narrando hasta donde llega la hipocresía de la parte podemita del ejecutivo; pesé a formar parte de la pura irrelevancia a la hora de tomar la decisión, votan en contra de que Sánchez tenga que dar explicaciones en el Congreso y por la tarde se manifiestan en contra del propio Gobierno del que forman parte. Un circo, es lo que tiene ser unos inútiles y parásitos, capaces de vender todos sus principios con tal de seguir en el poder al no tener fuera de la política donde caerse muertos.
«Sabemos que vuestra experiencia es la de haber recibido muchas promesas nunca cumplidas. No prometeros algo sino comprometerme con la historia. Nuestro partido estará con vosotros hasta la victoria final”. Afirmaba Felipe González al pueblo saharaui en el 77. Qué mala es la hemeroteca cuando envejece, nunca tan mala como una historia golpista, asesina y manchada de sangre, capaz de utilizar víctimas del terrorismo para ganar unas elecciones siendo partícipe directa o indirectamente en la barbarie.
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