Pongamos que hablo de Madrid

Fin de semana con los focos apuntando en dos direcciones. Por un lado, Sanxenxo y el Rey Emérito volviendo a España después de casi dos años en tierras árabes. Un retorno repleto de morbo sobre el que, como no podía ser de otra manera, la izquierda ha dado lecciones de demagogia barata. Y por otra parte, la capital, donde el Partido Popular de la Comunidad de Madrid elegía de manera oficial a su número uno. Aunque en este caso, los mismos dirigentes izquierdistas no dicen nada porque las ideas se les están agotando. La realidad es que Madrid tiene su propia reina. Isabel Díaz Ayuso se lo ha ganado a pulso y el resultado se ve en el mapa de la comunidad pintado de color azul, consiguiendo un territorio “socialismo free” prácticamente en su totalidad, un hecho que ha de ser hasta humillante para el resto de las formaciones.

Las últimas elecciones autonómicas madrileñas demostraron que la población está cansada de etiquetas. Rojos, fachas… los ciudadanos lo único que quieren es vivir bien y disfrutar de la vida. Y que no se le olvide a nadie, ese debería de ser el principal objetivo de los que gobiernan; desde el concejal de una pedanía hasta el máximo dirigente de una nación, el único fin a conseguir es el bienestar de la sociedad. Y eso, la líder de los populares madrileños lo entendió muy bien. Lo tuvo y lo tiene muy claro. Cuando los hospitales se hallaban desbordados, se sacó uno de la chistera. Tardó poco la izquierda en atacar con la anestesista a la cabeza seguida de sindicalistas de medio pelo. Más profesionales, más medios… no había mucho que pensar: el votante lo tuvo claro.

El Gobierno de Sánchez puso el punto de mira en la hostelería. El país de la Unión Europea con más bares por metro cuadrado no podía permitirse el lujo de estar en el dique seco mes tras mes. Díaz Ayuso fue la única que dio la cara por ellos enfrentándose con todas las instituciones que se pusieran por medio. Cuando lo peor de la pandemia había pasado, atraer empresas fue el objetivo principal. El empresario crea puestos de trabajo y va donde mayores facilidades le ofrezcan. Las medidas fiscales del gobierno madrileño, dentro de las posibilidades que maneja una comunidad, están enfocadas a ello porque lo que está claro es que no se puede vivir a la sopa boba de las ayudas y pagas de la Administración. Una vez más, el partido del trabajador dejó claro que lo de generar empleo se trata de ideas arcaicas que no comulgan con su programa progresista.

Por si fuera poco, con lo que no contaba ella ni los ciudadanos de a pie, que desconocen lo que se cuece en los despachos de los que mandan, fue el ataque, por definirlo de una manera suave, lanzado desde su propia formación. Lady Madrid, Lady Libertad, Ayusers… todos esos términos debían de escocer entre las paredes de Génova. La jugada le salió mal a un Casado que no vio, o no le dejaron ver, que se enfrentaba a un animal político contra el que no tenía nada que hacer. Mientras tanto, el jefe del Ejecutivo en sus horas más bajas tomaba oxígeno viendo como el enemigo se desangraba gratuitamente sin tener que recurrir a Franco, pensiones y demás retórica fácil.

Feijóo lleva mucho camino recorrido para saber que las guerras hay que llevarlas a territorio contrario. Que sea la izquierda la que se preocupe de cómo van a parar lo que les viene. Perdieron Madrid y lo mismo ocurrió con Castilla y León mientras Andalucía lleva el mismo camino. De aquí a un año, Pedro Sánchez va a tener más de un problema. Hasta que llegue esa fecha, el público seguirá disfrutando del combate que se ofrece cada jueves en la Asamblea de Madrid, donde los derechazos de Ayuso llegan con toda contundencia y claridad a una médica y madre que, por mucho que trate de mantener alta su guardia zurda, está completamente noqueada. Una muestra más de que a la política hay que echarle GANAS.

¡Informado al minuto!

¡Síguenos en nuestro canal de Telegram para estar al tanto de todos nuestros contenidos!

https://t.me/MinutoCrucial

1 Comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*