Euro… ¿qué?

El Festival de Eurovisión es un certamen musical que conforme va pasando el tiempo, me va dejando más anonadada; puesto que no comprendo muy bien en los parámetros que se basan para otorgar el premio, aunque cada vez estoy más convencida de que tiene muchas connotaciones políticas y pocas artísticas.

Este año, en representación de España, como bien sabéis salió Chanel y ganando el tercer puesto ni más ni menos. Todo un hito desde hace muchísimos años. Y lo lamento, pero no lo comprendo. La chica realiza una puesta en escena espectacular, eso no se lo voy a quitar por qué es suyo. No obstante, y con todos mis respetos hacia la artista, la letra y la música no las veo ganadoras de un bronce. Aunque tampoco vi el segundo de Inglaterra, ni el primero de Ucrania (musicalmente hablando, por supuesto). Para mí es difícil de asimilar que Pastora Soler (por poner un ejemplo), con su “Quédate conmigo” y esa pasión que desató en el escenario dejándonos con la boca abierta a la inmensa mayoría, quedase la décima y que, en cambio, los que han ganado mejores puestos no le lleguen a esa actuación ni a la suela del zapato.

Ya, ya… entiendo que todo es relativo y que, sobre gustos, colores y que las comparaciones son odiosas, pero no puedo evitar preguntarme; ¿Dónde leches se ha escondido el arte? Si tan solo un par de décadas atrás veníamos de una época gloriosa, en lo que a música se refiere y ahora estamos confundiendo churras con meninas en un apogeo de subliminalidad absoluta. O eso quiero pensar. Todo se engrandece, cuando, por el contrario, a mí me da la sensación de que está perdiendo el sentido y que es alimento para tontos que siguen corrientes. Y no únicamente en ese campo; la literatura y las artes en general entran también dentro de estos parámetros. ¿Qué nos está pasando? ¿Solo sabemos involucionar en vez de evolucionar? ¿Nos resultará cada vez más difícil ser fieles a nosotros mismos y, en consecuencia, nos dejamos llevar por la corriente de ríos estúpidos? ¿Se murió la creatividad? ¿Nos encontramos en una época en la que valoramos el postureo por encima de la genuinidad? 

Me gustaría aclarar que estás reflexiones no son sinónimo de sentencia, es una humilde opinión como otra cualquiera. No obstante, sí debo admitir que me duele darme cuenta, de que con el potencial que tenemos, lo estemos echando a perder de esta manera. Pienso que somos capaces de mucho más y que, seguramente, estamos perdiendo verdaderas joyas desconocidas por el mundo, a las que no se les presta apenas atención por el mero hecho de no seguir tendencias fáciles y sin apoyo monetario. Ya lo corroboraba Quevedo; “poderoso caballero es don dinero”.

Hoy día me parece superfrustrante que se junten dos o tres personajes con fortunas y tan solo por eso, comiencen a asentir y de una auténtica bazofia sin sentido, saquen arte. Lo disfrazan con el ensalzamiento de los monos cuando encuentran una banana y “tachán”; América es descubierta de nuevo.  ¿Señor, hasta donde nos van a llegar los dos deditos de frente y los lumbreras? Enhorabuena, seres humanos, los simios nos dan ya cien vueltas en lo que a lógica se refiere, poniéndose en cabeza para alcanzar la meta.

O a lo mejor es que, todo está inventado ya y es la única forma de reinventarnos a nosotros mismos (cosa que dudo bastante); persisto en la idea original de que la idiotez nos gana. Hoy día tiene más dominio un vídeo de un loro diciendo hijo puta, que un videoclip de un artista empezando a darse a conocer. Tan tristísimo como cierto. Tenemos varias guantás con la mano abierta, y aun así seguiremos cómo estamos. Probablemente, ese músico ha pasado horas, semanas, meses; preparando letra, música, fotografía, visualización, coordinación… sin embargo, lo ven cincuenta personas si llega. Bendito lorito que lo ven tres mil sin mover un dedito. Pero no pasa nada, oye, que son cosas del poder y la idiosincrasia generalizada. Nuestros mayores ya lo vaticinaban: “todo se pega menos la hermosura”, a lo que me permito añadir: “el peor virus del mundo se llama falta de personalidad”. Hace pupita en profundidad, de esa que me recuerda a la película Origen y en el mínimo descuido ya no te deja salir de donde estás. En definitiva que, está muy bien el ser solidarios y que está aún mejor el apoyar a los artistas, pero ¡por Dios!, no perdamos el norte y que este retroceso sea exclusivamente para pillar carrerilla.

¡Informado al minuto!

¡Síguenos en nuestro canal de Telegram para estar al tanto de todos nuestros contenidos!

https://t.me/MinutoCrucial

Be the first to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*