Contra todos

Semanas de ausencia, pero no por falta de temas de actualidad o de la vida cotidiana. Hay momentos en los que desahogarse es una obligación moral, y más cuando cargas con una mochila en cuyo interior hay problemas, adversidades y situaciones que te pueden hacer llegar al límite. Llorar de impotencia en soledad o gritar a los cuatro vientos en público, he ahí el quid de la cuestión; me decanté por lo segundo, ya que lo considero la mejor terapia. Hoy es el día en el que más sincero me muestro o, tal y como lo llamo yo, ‘sincericida’. Más de uno puede darse por aludido con mi escrito porque, cuando no tienes nada, nada tienes que perder. Necesitaba ser 100% transparente conmigo mismo; también con mis lectores. Aunque posiblemente no sean muchos, merecen el mismo respeto que si fueran miles o millones al día.

Minuto Crucial no es fácil de llevar. Quise apostar por un digital exclusivamente de opinión y así seguirá hasta el final. Siendo los pioneros, ¿y si nos imitan en un futuro? ¡Que nos copien, si fuimos los primeros! Ya estamos bordeando los dos años de vida. De hecho, el 3 de agosto del año 2020 fue cuando nacimos de manera ilusionante. Desde la humildad, nosotros buscamos ser la alternativa a los medios de primera línea. Mi teléfono cada 2×3 echa humo. Lo mismo sucede con el ordenador portátil que tanto utilizo. Sin embargo pocos ven que esto sea un trabajo, únicamente por no estar remunerado, financiado, monetizado. ¡Qué fácil sería, con mis 35 primaveras, irme de cubatas, en lugar de tirar para adelante con un proyecto empezado de cero que no cuenta con patrocinadores, salvo san Google, ganando cuatro perras cada tres meses!

Algunos tendrán la desfachatez de llamarlo hobby, insultando un trabajo en el que tanto tiempo estoy invirtiendo, y eso sin contar los años de formación vividos, hasta convertirme en Graduado en Periodismo. Sí, aquellos que hoy menosprecian este trabajo colectivo, serán los que mañana sacarán pecho cuando Minuto Crucial haya crecido. Mi sueño es que nos convirtamos en un medio de referencia, tan profesional como aquellos que cuentan con tropecientos suscriptores y miles de visitas diarias. Lo más fácil para mí en este momento sería tirar la toalla, pero madurar consiste en saber que los inicios nunca son fáciles, y mucho menos llegar y besar el santo. El mundo está hecho para los valientes y para los emprendedores; también para aquellos con personalidad arrolladora. A pesar de ser un proyecto pionero, Minuto Crucial me ha dado tanto, tanto o más de lo que me ha quitado, aunque no prevalezca la rentabilidad económica. La suma de lo bueno y lo malo tiene como resultado la experiencia.

Entre los aspectos positivos, cabe destacar el equipo humano que he conocido gracias a esta aventura. Unos permanecen y otros se marcharon. Todos llegaron de diferentes ámbitos, desde escritores y profesores a políticos o chavales de juventudes, todavía aspirantes; incluso influencias que tienen su repercusión tras salir en noticias o en la televisión. Unos y otros, los que permanecen para ser exactos, aquí están, junto a mí, ‘dando el callo’. En algunos casos su labor es algo más que encomiable, puesto que tienen la osadía de manifestar opiniones políticamente incorrectas, que no tendrían cabida en medios de primera línea subvencionados en donde omitir es el pan de cada día. Y hasta aquí la parte positiva, porque este artículo tiene la intención de ser cañero y un desahogo, con pocas alabanzas.  

En cuanto a lo negativo que me ha aportado Minuto Crucial resaltaría dos términos: traición y decepción, ambos terminados en “-ón” y que riman con saturación. Situaciones que no esperaba imperan exclusivamente entre los colegas de profesión. Unos intentando quitarte colaboradores y otros sin la valentía de decirme las verdades a la cara, cuando yo mismo conocía la respuesta a cuestiones o acciones, insultando mi inteligencia. Otros intentando utilizarme cuando les convenía como psicólogo para aliviar sus malos momentos pero que, a la inversa, fueron los primeros en no coger el teléfono o en dejarte en visto como si fueras un extraño. Los más educados, palmadita en la espalda, cero ayudas con el networking y a seguir adelante. El individualismo de estos últimos puedo entenderlo, porque, como como siempre digo, esto es una jungla. Sin embargo la falsedad y el egoísmo jamás. Siempre he dicho que prefiero pecar de sincero y quedar de prepotente por no morderme la lengua, que tirar de diplomacia, hacer de menos a alguien o ignorar directamente a alguien. Elijo la palabra, aunque sea cortante. Quien me conoce lo sabe.

De los políticos españoles ¿qué decir? Me indigna ver cómo la derecha española -con la izquierda ya he sido crítico durante tantos meses o incluso años- se tira los trastos a la cabeza, cuando el mayor de los problemas está en la falta de libertades que, poco a poco, nos están instaurando los zurdos. Vox y PP, ¿por qué no dejáis vuestras rencillas y cargáis contra aquellos que nos están haciendo pasar a los españoles hambre, depresión y miseria? Eso sin olvidar el caos mental que nos producen tanto la izquierda como ciertos medios de comunicación -incluso de derechas-, cuando se dedican a sugestionar a la gente con mentalidad débil con cuestiones relacionadas con el covid, la guerra de Ucrania, la viruela del mono o el cambio climático. Son situaciones en las que se omiten informaciones con muchísima frecuencia, todo por meros intereses económicos.

No puedo dejar en el tintero los casos en los que periodistas que defienden el periodismo liberal o conservador -el de derechas de toda la vida- se dedican a increparse por temas personales los unos a los otros. Señores: si queremos que esta profesión y la corriente ideológica que defendemos tenga credibilidad, lo que hay que hacer es periodismo con mayúsculas y, si un compañero es un sucio, mala persona o mal ejemplo, se denuncia en los juzgados y no por redes sociales ni publicando noticias sobre ellos. Esto no suele ocurrir entre compañeros que defienden las ideologías de la izquierda, aunque seguramente también tengan sus caquitas. Sin embargo, actúan con más inteligencia, aplicando el dicho “entre bomberos no vamos a pisarnos la manguera”.

No sé si todos los colegas implicados meses atrás en las trifulcas personales cuentan en su haber con el título de periodista obtenido en la misma universidad. De ser así, en la carrera siempre se nos ha dicho que si el periodista es noticia en vez del acontecimiento de turno… algo no estaremos haciendo bien, porque nosotros tenemos que retransmitirlas y no protagonizarlas. Unos y otros, por favor, dejad de ser tan capullos, y aunad vuestras fuerzas para que lleguemos a más personas, o al menos no os lancéis los unos contra los otros. Si no lo hacéis por el periodismo o por vosotros,  hacedlo por los lectores que comparten nuestras ideologías. Ellos merecen un respeto.

En definitiva, este “contra todos” mezcla sensaciones y es un grito de impotencia. Políticos de derechas: dejad de mirar los votantes que le quitáis a vuestro político semejante y pensad en lo que gana la izquierda por vuestras batallitas. Periodistas: sed leales a vuestros lectores y, si uno es un ladrón, manipulador o delincuente, denunciadlo ante la justicia y no plasmando noticias contra personas, por muy conflictivos o sucios que fueren periodística o personalmente. Y, lectores, contra vosotros no voy, todo lo contrario, estoy a vuestro favor porque, como siempre digo, sois quiénes lo mismo nos hacéis alcanzar la gloria por nuestro trabajo que caer en el subsuelo. A vosotros y, especialmente, a los que habéis terminado de leer este artículo tan largo, mil gracias.

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1 Comment

  1. Como emprendedor no sólo con mi actual empresa sino de muchos otros proyectos que he creado desde que tenía 14 años con amigos gracias a la magia de Internet y sobre todo gracias a la ilusión y la determinación sólo puedo decirte que por el camino siempre vas a encontrar gente que quiera ponerte la zancadilla, gente que va a aprovecharse de ti y gente que va a unir sinergias contigo para desarrollar algo juntos.

    Si algo he aprendido desde hace más de 17 años que llevo emprendiendo, bien por pasión bien por profesión, es que cuando las personas se juntan, aunque tengan talentos distintos, si comparten los mismos objetivos y saben complementarse, no hay nada que frene a la voluntad humana.

    El trabajo que desarrollas con MC no es baladí. Cualquier rincón de Internet, por pequeño que sea, si impera la libertad de expresión, seguirá siendo un bastión de resistencia al pensamiento único y al proselitismo. Por eso yo colaboro a pesar de mi apretada agenda con MC. Siempre hay tiempo para sacar de donde sea y escribir. Habrá gente que en el futuro tenga la oportunidad de prosperar y tomar sitio en plataformas mucho más relevantes. Yo siempre he creído que no hay que olvidar de dónde venimos para saber a dónde vamos.

    Sólo te digo que hagas balance, retrospectiva y veas hasta dónde has llegado con una idea que empezó siendo nada, un dominio web y una idea feliz en tu cabeza. Con el tiempo estoy seguro de que traerás aire fresco incorporando nuevos formatos a MC que lo hagan aún más atractivo. Tener un bastión de Internet donde no existe la censura pero sí el respeto y el buen gusto es, hoy en día, tener un tesoro.

    Humildad, profesionalidad, honestidad. Son los ingredientes para alcanzar el éxito. Sigue trabajando duro Jonathan y un consejo de emprendedor. Conviértete en un entusiasta de tu trabajo, contagia al resto de tu entusiasmo y quien quiera ponerte una zancadilla quítatelo del medio. La toxicidad humana es como la grasa abdominal, luego tienes que sufrir para quitártela de encima 🙂

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