Parece que fue ayer desde ese pasado 19 de junio en el que el Partido Popular salió victorioso tras ganar las elecciones andaluzas, consiguiendo así una mayoría más aplastante de la imaginada, con nada más y nada menos que 58 escaños. El presidente del PP Andaluz, Juanma Moreno, fue votado en la gran mayoría de los municipios de Andalucía, surgiendo un nuevo mapa de color azul que mostraba una vuelta de giro con respecto a las elecciones del pasado 2 de diciembre de 2018, dando así representación al PP en todas las provincias.
Tras este acontecimiento, se rompió con la presunta idea de que el Partido Popular no llegaría a una mayoría suficiente y que necesitaría de Vox para gobernar, dando así al presidente Moreno libertad completa tanto dentro de la Junta de Andalucía como para formar su propio gobierno en solitario. Es bastante sorprendente la forma en la que Andalucía ha despertado tras 40 años de un socialismo que dejó esta tierra pobre, acomplejada e infravalorada, sobre todo, tras la mayor condena por corrupción del PSOE con el caso de los ERE del cual se robaron casi 680.000.000 euros.
Esta legislatura pasada ha sido la gran oportunidad del Partido Popular y su presidente Juanma Moreno para demostrar que Andalucía tiene vida propia, que puede ser motor económico de España si se gestiona de forma correcta y que, también, bajando impuestos se puede recaudar más. En su discurso de investidura del día 21 de julio, resaltó que en esta nueva legislatura se va a gobernar con firmeza haciendo las reformas y las políticas necesarias para su tierra, una tierra con ambición como es Andalucía. Por ello, también ha manifestado que no solo va ha hacerlo él como su papel indica de presidente, sino que necesita la unión de todos y cada uno de los diputados independientemente del partido que sea para realizar la tarea de servir a los andaluces a través del compromiso y diálogo mutuo, así como que también la oposición debe asumir su papel democrático de control e iniciativa.
El nuevo gobierno que plantea el presidente Moreno es uno marcado por el consenso, la confianza, la humildad; pero, sobre todo, la escucha a los problemas con el fin de crear soluciones para los andaluces. Un servicio público más fuerte, creación de más empleo (sobre todo para los jóvenes), aportar el bienestar para cada una de las familias andaluzas, así, como dotar de igualdad de oportunidades. Estos son algunos de los objetivos que ha resaltado él mismo como visión de futuro en los cuatro años de legislatura donde expresa su fe absoluta para ejecutarlos, poniendo como prueba de ello la pandemia que tuvo que sobrellevar tanto él como su equipo donde se hizo todo lo posible tanto para proteger a la mayoría de los andaluces como para que no afectara de forma brusca al empleo y a la situación económica de las familias.
Sin duda alguna, Juanma Moreno es una personalidad que ha conseguido cambiar y reconvertir la política en Andalucía en algo serio, algo que a través de sus discursos llama la atención y que recoge confianza. Y no es sólo la manera en la que se expresa, sino también porque gran parte de lo que ha ido proponiendo durante su anterior legislatura, se ha ido cumpliendo y lo que no, también se admitió. Se podría decir, que, por primera vez en política, podemos ver de que forma se ha ido humanizando tanto la figura de un político como la de Moreno, y también cómo se ha dejado atrás la idea que la mayoría de la sociedad tiene hoy en día; la de que el político es el que manda frente a la sociedad. Él mismo lo hizo cuando se bajó de su presidencia afirmando lo siguiente tras ganar las elecciones: “Los andaluces son mis jefes y aquí estamos para servirles a ellos”. Y creo solemnemente en su palabra, porque lo va a seguir demostrando con hechos en estos cuatro años que le esperan de legislatura.
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