Todas, menos las de derechas

Ser mujer y no ser feminista, te hace ser menos mujer, o eso dicen algunos. Como alguien a quien le gusta hablar de certezas empezaré este artículo citando la definición que pone por feminismo la Real Academia de la Lengua Española “Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre». Bien, pues resulta que, en la actualidad, deberíamos retroceder a la definición que le daba a este término la misma institución en el año 2001 “Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres”.

Este movimiento se ha convertido en ideología, una en la que se da por hecho que, sino eres feminista, estas rechazando a la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, pero la realidad es otra totalmente distinta. El feminismo ha pasado de ser una lucha de las mujeres para conseguir sus derechos a través del trabajo, los méritos y la reivindicación a ser un movimiento de unas pocas que por salir a las calles enseñando los pechos y gritando “el violador eres tú” se permiten el lujo de llevar por bandera estar representandonos a todas.

Todavía me pregunto si es justo que el feministerio de Irene Montero pueda dar por hecho que su objetivo principal es ayudar a las mujeres, sin darse cuenta de que eso solo nos hace ver más débiles e indefensas. Porque las mujeres no necesitamos ningún porcentaje de plazas reservadas en las juntas directivas de las empresas ni unas ventajas especiales por el simple hecho de pertenecer a dicho sexo. Somos capaces de competir con los hombres en verdaderas condiciones de igualdad para poder llegar a los puestos con los que siempre hemos soñado. 

Cuando hablo de verdaderas referentes femeninas pienso en mujeres qué realmente han sido capaces de liderar países, como las tres primeras ministras conservadoras, de Reino Unido. Margaret Thatcher, Theresa May y ahora Liz Truss. Todas ellas han demostrado que desde una ideología conservadora con trabajo y esfuerzo se pueden conseguir grandes cosas siendo mujer, o también como olvidar mencionar a la impecable Angela Merkel. Las menciono a ellas especialmente porque la izquierda tiende a ponerse la medalla de única ideología que lucha por la igualdad de las mujeres y que realmente las deja escalar profesional y socialmente, pero como podemos ver la historia habla por sí sola, desde el otro lado, mí lado, las referentes y oportunidades sobran.

Ya lo decía Cuca Gamarra en una entrevista para El Independiente donde defiende que el feminismo «es un gran movimiento que no debe ser excluyente». Asimismo, vemos que hasta el día de hoy, por desgracia no es así. Solo nos queda intentar enfocar esta lucha por la igualdad de una manera realmente efectiva y eso solo lo podemos conseguir a través del esfuerzo y el trabajo… y no solas, también con los hombres que siempre quedan en el olvido cuando también sufren las consecuencias día a día de la desigualdad

Pero no hay nada que pueda concluir mejor mi opinión sobre el feminismo que estás palabras de Ayuso; «Si el feminismo es la igualdad entre hombres y mujeres ante la ley y las oportunidades. Por supuesto. Si el feminismo es algo profesional para dividir a hombres y mujeres, para intentar darnos a nosotras una suerte de beneficios. Eso, conmigo no«.

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