Yolanda, ¿sumas o restas?

El Gobierno de España es una auténtica caja de sorpresas. Si observamos e intentamos analizar uno a uno a los miembros del mismo, cada uno tendrá una percepción diferente. Pero de lo que no cabe duda es que la Vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo es la sorpresa final de la caja. Esta abogada laboralista no llegó a la política para arreglar la vida de los ciudadanos, sino para llenarse los bolsillos a costa de todos nosotros. ¿Cómo puede defender unas ideas durante un periodo de tiempo y después, abrazar otras? Pues bien, esa es Yolanda Díaz, la supuesta ministra mejor valorada por un juego sucio llamado CIS, que dirige el señor menos imparcial de toda España, Félix Tezanos.

La Vicepresidenta ha pasado por todo tipo de administraciones, desde la local y autonómica para situarse como Diputada Nacional para llegar después a ministra de Trabajo. No olvidemos que Pablo Iglesias, buscando su jubilación de la política, legó a Yolanda la vicepresidencia. De amigos a enemigos. A las pruebas existentes me remito. No hay mayor dolor para un comunista, que un camarada te traicione. Y sí, Yolanda ha traicionado al señor Iglesias, que irónico el apellido, y al partido que la llevó a lo más alto.
Desde luego que en el Gobierno no hay ningún hueco más para el exceso de ego. Con la plataforma «Sumar», la Vicepresidenta promete lo inalcanzable. Ya nadie se cree lo que dice. España ha logrado despertar y el último escándalo de nuestra querida cuquiflowers, sucedió el sábado en un acto de su plataforma en la ciudad tanto catalana como española, de Sabadell.

Yolanda promete el derecho de desempleo para las trabajadoras extranjeras, especialmente, las marroquíes. ¿Vienen a trabajar o a percibir una «paguita»? No hay dinero para los españoles pero sí para los extranjeros de un país el cual, no pertenece a la Unión Europea y que además, ha puesto contra las cuerdas en demasiadas ocasiones la unidad nacional de nuestra patria. También dicen que sería recomendable sentarse a negociar sobre este asunto con Marruecos. ¿Nos toman por tontos? ¿O acaso no ven la amenaza real que supone este país en todos los sentidos?

Admiro su capacidad enorme para olvidar la invasión migratoria de Marruecos a la ciudad de Ceuta. Jamás podremos olvidar aquellos días de miedo y dolor. Temíamos un conflicto armado. Por lo tanto, no podemos ayudar a quiénes hacen tambalear los cimientos de nuestro Estado. Yolanda, querida, no sumas sino que restas. Empeoras la vida de los españoles de forma sistemática. ¿No crees que es mejor volver a ejercer la abogacía? O bueno, mejor dicho, ¿quieres volver a trabajar o prefieres vivir de la política para siempre?