Deportes

Ellas se lo pierden

Las 15 jugadores españolas que rechazaron ser convocadas por la selección absoluta no vivieron algo histórico, la primera victoria de la selección femenina de España ante la todopoderosa selección de Estados Unidos.

No buscan igualdad sino es un capricho, ¿Qué ocurriría si, por ejemplo, unos cuantos asistentes de Jorge Vidal se pondrían de acuerdo para ponerse en contra de una jugadora? Se hablaría de machismo entre otros asuntos. Es un capricho que ya llevaron a cabo hace unos cuantos años. En su momento, ellas lograron el objetivo que con Jorge Vilda no consiguieron, desprenderse de un seleccionador. A estas 15 jugadoras encima las va a defender un sindicato fundado por dos de ellas. El nivel de enchufismo en estado puro.

Las que están defendiendo ahora el escudo de la selección española, son jugadores que se las ve con ganas, con ilusión, alegres y que aportan al combinado nacional. Ellas son las que se merecen ser seleccionables, por encima de las 15 jugadoras que rechazan la igualdad y, con la excusa de ella, quieren poner a una persona que no es santo de su devoción contra las cuerdas. Pero resulta que esas cuerdas seguirán siendo igual de firmes gracias a Jorge Vilda y las jugadoras que han defendido la elástica de la selección española contra Estados Unidos.

España, en los últimos años, en cuanto a lo que respecta al fútbol femenino, está creciendo a pasos agigantados. Situaciones como la acontecida con estas jugadoras ensucian parte de lo que se ha conseguido. La visibilidad y la igualdad las manchan cuando esa igualdad la acaban viendo como un supremacismo para cargarse metafóricamente hablando al seleccionador que las entrena. Los derechos y también las obligaciones, para todos por igual, tanto para hombres como para mujeres. La igualdad también es sinónimo de profesionalidad y si ellas no respetan al seleccionador, ellas perderán su privilegio de exponer su talento ante el mundo. Si ahora Vilda no quiere contar con ellas, estaría en su derecho. 

El fútbol femenino seguirá creciendo y si tiene que ser sin las estrellitas de la selección, no importa para nada. Tolerancia cero a las caprichosas que no miran por el interés de España y que se dedican a atacar a su superior, el que las entrena y manda al campo. No obstante, deseo que les vaya lo mejor posible con sus equipos. Si algo ha conseguido Jorge Vilda con la victoria ante Estados Unidos es que no hay nadie imprescindible y que las posibles descartes pueden dar el campanazo. Nadie debe dormirse, mucho menos creerse indispensable por el mero hecho de ser “una estrella” del fútbol femenino.

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