España

Carta abierta al Ministro del Interior

Hay actuaciones humanas que nos resultan incomprensibles, nos descolocan y quizás solo sean explicables desde la perspectiva de la psiquiatría. A mí me pasa personalmente con el ministro Grande-Marlasca, con C y no con K, como él quiere que le llamen. He visto su trayectoria de juez serio metiendo etarras en la cárcel sin que le temblara la mano… Por eso, verle blanqueando a ETA o al menos, poniéndose de lado, me parece repugnante y hace que me replantee muchas cosas. La primera, ¿Quién es realmente este sujeto? 

Parece ser que estaba encorsetado, pero no por salir del armario, que eso lo hizo hace tiempo, sino por ser alguien que en su fuero interno no era. Es lo que pasa cuando vendes tu alma al diablo, todo va sobre ruedas hasta que llegas a casa y Satanás te explica que viene a cobrarse el favor. Pedro Sánchez escogió bien, lo conocía y sabía que le serviría como un perro fiel, incluso más allá de lo que este le pidiera.  

Su particular ‘caza de brujas’ contra la FyCSE nos sorprende, por su inquina y humillación; sobre todo, cuando todos sabemos que, con respecto a la Guardia Civil, es un Cuerpo de élite muy respetado por los españoles e incluso valorado muy positivamente fuera de España. Por tanto, el ministro del Interior es un sujeto “oscuro”, lo lacerante es que esa oscuridad se ha llevado por delante la vida de tres personas recientemente y yo le culpo a él. No se puede escatimar o quitar recursos y dejar a los guardia civiles a los pies de los caballos, porque el resultado es una muerte violenta y cruel.  

No obstante, el muy impresentable sale en rueda de prensa diciendo que su Ministerio «pondrá todos los medios para luchar contra la delincuencia». Posiblemente, hasta su madre se haya avergonzado tras escucharlo. Resumiendo, bajo mi punto de vista, es un tipo peligroso porque lleva mucho rencor guardado, un ser humano podrido de odio que no duda en hacer el mal sin importar la moral o la decencia humanas. Y es por ello que yo le diría al ministro que han muerto tres seres humanos y que él es el responsable y que si no sirviera a quien sirve, seguramente estos héroes hoy seguirían vivos y con sus familias. Y que, por su culpa ya no regresarán a sus vidas cotidianas un padre, un hermano, un marido y/o un hijo.  

El ministro del Interior, Grande-Marlasca, se ha ido con el rabo entre las piernas cuando la viuda de uno de los asesinados le ha impedido acercarse al féretro. A eso se le llama dignidad, algo de lo cual este sujeto carece. Los españoles no queremos señores con traumas personales gobernando, de tenerlos, uno va al psiquiatra y lo soluciona previo diagnóstico. Descansen en paz tres hombres buenos que murieron en cumplimiento de su deber. La muerte no es el final.  

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