El Comité de Expertos son los padres

No hay nada mejor que una falsa pandemia para averiguar el grado de obscenidad de un Gobierno que nos ha estado mintiendo desde el principio. Los primeros meses todo fue un caos; muertes, contagios, necesidad de quedarse en casa, miedo y muchas preguntas. De repente, sale un señor con apellido de vino de mesa y dice que tranquilos, sólo habrá un contagio o dos. 

Conforme pasan los días, los contagios se multiplican y la población es secuestrada, con orden de no salir bajo pena de cárcel. En medio del caos, aparece el comité de expertos. La población respira tranquila, si hay, se supone, un grupo de personas dirigiendo el cotarro ya podemos irnos tranquilos a la cama. Salvo que la plebe sea curiosa por naturaleza y quiere ver las caras de dicho comité.  

Entonces, ocurre lo que suele pasar con un gobierno mentiroso títere del NOM. Fulanito, el pueblo quiere conocer a los miembros del comité y Fulanito dice sin inmutarse, pero si no existe, inventen algo que los entretenga, que aplaudan a las ocho y canten Imagine. Y así pasan los días y los meses sin que sepamos quiénes son y para qué sirven esos personajes cuyas recomendaciones sigue el Gobierno a rajatabla. 

Pasarán muchos meses hasta que comprendamos que nos han tomado el pelo, que no hay comité de nada y que el presidente hace lo que le manda gente que no vive en España. Esto, que debería hacernos quemar las calles, se tolera poniendo una y mil excusas para no decirnos a nosotros mismos que han jugado con nuestra salud que hemos sido conejillos de indias y que a muchos les han inyectado a saber qué. 

Harán falta años para exigir justicia contra quienes arrastraron a muchos españoles a una muerte segura aplicando protocolos asesinos, ancianos abandonados en sus habitaciones como perros, dejándolos morir. Ni hubo pandemia, ni por supuesto, ningún comité. Falta saber si seremos capaces de aprender y cuando vuelvan a intentarlo ir a por ellos sin piedad, porque esta gente sin escrúpulos solo merece nuestro desprecio y desobediencia.