España

¿Dónde está Wally?

En los libros aquellos que hicieron furor en su época, seguro que no. Por mucho que rebusquen no lo van a encontrar. Principalmente, porque el Wally al que hace referencia el título no lleva un jersey a rayas rojas y blancas. El personaje que está completamente escondido viste traje, gris, caro, italiano, aunque le siente como una patada en los mismísimos. Y, sobre todo, no se llama Wally. Responde al nombre del José Luis Rodríguez Zapatero y en un momento de la cada vez peor llamada democracia española, el susodicho llegó a ser Presidente de España. Y claro, así no fue, así nos va y, si nadie lo remedia, así nos irá.

¡Qué iluso fue el pueblo español cuando pensó que había sufrido al peor presidente de los elegido mediante sufragio! El actual le ha pasado por la izquierda, más todavía, como si de uno de esos Lamborghinis que tanto le disgustan se tratara. Pero entonces, cuando nadie se acordaba de las políticas desastrosas del bueno de José Luis, el líder supremo de los poseedores de la razón, de la verdad, de la moral, del progresismo… es decir, el Partido Socialista, es decir, Pedro Sáchez, le pidió ayuda para reflotar unos comicios que veía más que perdidas. Y el bueno de Zapatero se vino arriba. Recorrió España de norte a sur y de este a oeste. No dejó un solo barrio sin avisar de que el estado de bienestar, mira que les gusta la expresión, iba a desaparecer con la derecha en el poder. Que los ricos tenían que pagar más, algo que ya hacen, por cierto, para mantener la sanidad y la educación. Solo le faltó decir que Franco iba a resucitar. Y llegaron las elecciones; se lió, la que se lió y, después de año y medio, ni estado de bienestar, ni sanidad, ni educación, ni viviendas, ni nada. Eso sí, los amigos perfecta y estratégicamente colocados, todos los entes públicos bien atados con palmeros de confianza y un Presidente del Gobierno que se permite el lujo de decir tranquilamente que va gobernar sin el Poder Legislativo.

Vamos, parecido a Venezuela. ¡Uy, pista! Bueno, pista por decir algo, porque a estas alturas, todo el mundo sabe que el Wally socialista estará disfrutando del bon vivant en alguna mansión que su amigo Maduro posee Venezuela, mientras maneja sus negocios ajeno a que el mundo civilizado, entre ellos España ha declarado que las elecciones han sido una farsa, que Maduro se está cargando a todo aquel que metió la papeleta que no llevaba su nombre y, principalmente, que el Congreso de los Diputados, el máximo órgano representante de la democracia española, ha reconocido a Edmundo González como Presidente de Venezuela, con tortazo de los nacionalistas vascos incluidos.

Pero nada, no hay manera, Zapatero continúa desaparecido. A estas alturas de la partida tampoco se le espera. Vendrá un día dar una charla en la Complutense, en alguna mina asturiana, el día de la República, arremangado, eso sí, y soltará el rollo de siempre: que si Franco, que si la extrema derecha, que si quieren acabar con todos los logros del socialismo, que si la abuela fuma… eso sí, que diga lo que quiera o insulte a quien quiera, pero por favor, que no repita aquel discurso que dio en plena campaña electoral cuando comenzó a desvariar con el universo infinito, del planeta tierra en la galaxia, de las estrellas… Por favor, quien no lo haya visto, que lo busque en Youtube; pensar que ese hombre fue Presidente de España debería de hacer pensar que algo está fallando desde hace mucho tiempo.

En cualquier caso y por ir finalizando, si alguien está interesado en encontrar a Wally-Zapatero, que lo busque en algún lugar recóndito, a la vez que paradisiaco, de Venezuela, rodeado de la élite comunista y vistiendo las mejores marcas del mercado, nada de jerseys rojos y blancos tejidos por la abuela, que para eso y para creerse todas las mentiras que dicen, ya está los que les votan.

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