España

Ayuso o Casado, pero no los dos

Creen muchos que las cosas del mundo -la sentencia es de Maquiavelo- están regidas por la diosa Fortuna, de modo que no es posible hacer nada por cambiarlas. Tienden a dejarse llevar de ese fatalismo para así culpar a otros que no sean ellos mismos de todo cuanto les sucede, en lugar de poner toda la fuerza de que son capaces, si es que tienen alguna, en los asuntos que les conciernen. Pero no es así. La diosa, es decir, la suerte, gobierna la mitad o algo más de nuestras acciones, pero nos deja la otra mitad o algo menos y sería necedad grande entregarle también esta otra, además de que ella, la Fortuna, mujer al fin, gusta de irse con los jóvenes y fuertes. Es decir, uno puede gobernar lo que de él depende y, si tiene empeño suficiente, también una parte importante de lo que no depende de él.

En estos términos se está librando la batalla por el poder entre Ayuso y Casado. Poco importa que tenga razón ella o la tenga él. Ganará quien tenga más virtú, más fuerza, resistencia, sagacidad, prudencia y apoyos poderosos. Es un choque de voluntades, no de razones. Un choque del que, dadas las circunstancias, no pueden evadirse. El enfrentamiento les ha sobrevenido tal vez sin buscarlo: es la mitad que depende de la diosa. El modo en que lo afronten es cosa de ellos: es la mitad que depende de su propia decisión. Ignoro si son conscientes de que no puede haber acuerdo ni concordia y de que el reto solo puede tener un desenlace: uno de los dos tendrá que sufrir la muerte política. Otra cosa no es posible. El vencedor será el próximo candidato a la presidencia de la nación.

Ese desenlace sucederá hoy, mañana o dentro de un mes. No puede saberse. Pero sucederá. Vencerá el que tenga más fuerza y decisión, además de contar con aliados más poderosos. La fuerza y la decisión parecen estar del lado de la mujer, ¡qué mujer!, y los aliados poderosos del lado del varón, que es un pusilánime. Los que no podemos hacer otra cosa que asistir al duelo en calidad de espectadores tenemos que desear que se resuelva cuanto antes. Nos va mucho en ello, si es que aspiramos a tener por fin un buen presidente de esta sufrida nación nuestra.

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Publicado por
Emiliano Fernández Rueda

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