España

El poder adquisitivo entre rejas

Los españoles somos más pobres ahora que hace treinta años. Esta verdad irrefutable nos hace plantearnos algunas preguntas Si las sociedades progresan, ¿por qué el individuo se siente cada vez más presionado y desencantado? Quizás en el caso de España se deba a que se nos ha caído la venda de los ojos y nos hemos dado de bruces con una realidad difícil de digerir.

Por supuesto a esta situación lamentable, nos ha llevado el elegir gobiernos arbitrarios que han mirado primero por sus propios intereses que por los de los ciudadanos. Si el Estado de Bienestar tiene que construirse a golpe de deuda pública, algo se está haciendo rematadamente mal, cuyas nefastas consecuencias ya estamos empezando a pagar. El ABC de la economía es no gastar más de lo que se ingresa e incluso ahorrar cierta cantidad para “imprevistos”.

Pero la carta blanca que parecen tener estos gobiernos en democracia nos indica que gastar sin medida es la tónica dominante, puesto que no se exige ninguna responsabilidad por llevar a todo un país a la quiebra. No podemos acostumbrarnos a ver como algo normal, las largas y vergonzosas colas del hambre, cada vez más numerosas en todas las ciudades españolas. Si habláramos con nuestros padres o abuelos nos recordarían la “cartilla de racionamiento tras la Guerra Civil. Algo que a muchos de nosotros nos queda muy lejano, porque no lo vivimos.

Retrocedemos pues a tiempos de penuria y estraperlo, ante la necesidad de llevarse algo a la boca. No se están gestionando bien los recursos porque no hay voluntad de hacerlo. Con un gobierno secuestrado por separatistas y proetarras, la pobreza se abre camino a codazos. Votantes que carecen de un análisis objetivo y realista, engañados en la mayoría de las veces, no ven más allá de su odio visceral hacia partidos que no les representan. Una sociedad adormecida, sometida y adoctrinada por la caja tonta que emite mantras continuamente para zombies ya irrecuperables, asume la pobreza como algo sustancial al ser humano y aguanta carros y carretas.

Donde debería haber progreso y bienestar hay miseria y miedo. Si un Estado no puede garantizarte el tener las necesidades básicas cubiertas, entonces toca revisar todo en lo que creíamos hasta ahora. Caminamos hacia el abismo sin apenas ofrecer resistencia. Nos han convertido en esclavos sumisos que cambian de amo cada cuatro años, rezando para que al menos, nos den de comer. Toca quitarse complejos y luchar por recuperar la esencia del individuo libre y responsable de sus actos. Globalización, puede, pero sin perder aquello que nos hace diferentes, sin nuestra forma de ser, nos ahogaremos en un mar de buenas intenciones y poco más.

Compartir
Publicado por
Amparo Blay

Entradas recientes

Matar al mensajero

Hoy voy a ser francamente breve porque no necesito cinco días para pensarme lo que…

2 días hace

Desmitificando los libros de autoayuda: una perspectiva irreverente

¡Adentrémonos en el vibrante cosmos de la autoayuda! ¿No resulta fascinante cómo esos títulos deslumbran…

3 días hace

Pedro contra Pedro

El pasado lunes, tras cinco días en los que Pedro Sánchez había mantenido en vilo…

3 días hace

Diego Rivas: de preparador de porteros a héroe del Arenteiro

El año pasado, Diego Rivas ascendió a la Segunda División de mano del Racing de…

3 días hace

Los ancianos movilizados

A pesar de su rabia por haber perdido la Guerra Civil, los abuelos traídos hasta…

4 días hace

El ALBA, cónclave delincuencial en Las Américas

El pasado 24 de abril, en la ciudad venezolana de Caracas, se llevó a cabo…

4 días hace