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Prisioneros de la herencia más gloriosa

La selección española de fútbol se despidió de Catar por la puerta de atrás, con una dolorosa derrota ante Marruecos en lo que ha sido el último partido de Luis Enrique como seleccionador nacional. Hay mucho que analizar, también sobre Luis de la Fuente, pero hay que entender algo que puede sonar salvaje: hemos sido cautivos de nuestro estilo.

Para analizar está afirmación tenemos que remontarnos al momento más glorioso de nuestra historia, el Mundial de Sudáfrica. Ese estilo de posesiones largas que agotaba y desesperaba al rival, que destrozaba a los grandes y que logró un triplete histórico, ha sido innegociable desde entonces, buscando técnicos y jugadores que emularan a los Xavi, Iniesta y compañía. Pero nos hemos quedado anclados.

No entendimos que esa generación no volverá, y que aquel once que conquistó el mundo, con Iker Casillas, Ramos, Piqué, Puyol, Capdevila, Busquets, Xavi, Alonso, Iniesta, Pedro y Villa no volverá. A lo largo de la historia las selecciones han adaptado su juego a los jugadores de esa generación (un buen ejemplo es la Brasil de 1994 frente a la de 2002), y es algo incuestionable que debemos hacer autocrítica.

Obviamente, se han echado de menos factores complementarios al estilo que podían haber desatascado el partido ante Marruecos. Apenas vimos desmarques de ruptura a la espalda de los laterales, las circulaciones eran de más de 3 toques por jugador en todos los casos y no vimos un solo tiro lejano de algunos jugadores con gran golpeó, como Asensio o Dani Olmo. La versatilidad es fundamental, y sin ella el fiasco está garantizado.

Y luego está el tema de los penaltis. Aquí, si hacemos caso a Luis Enrique, observamos un error de novato. Los que hemos jugado al fútbol sabemos que en una tanda de penaltis los protagonistas son los jugadores, y en la elección de lanzadores también. No es el técnico el que debe elegir, sino que son los jugadores con más confianza los que tienen que dar un paso adelante. 

Y ahora, tras la marcha de Luis Enrique, llega un técnico de la casa. Luis de la Fuente ha sido campeón con la mayoría de las categorías inferiores de la selección, tiene un estilo más variado y vertical y conoce a la gran mayoría de jugadores de la actual selección y los posibles seleccionables. Por ello, podemos tener ilusión de cara a próximas citas, pero con paciencia. Ni Roma ni el Tiki Taka se construyeron en un día.

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