España

Di NO al discurso oficialista

No me gustan los discursos oficialistas; es un tipo de soflamas que, mediante adoctrinamiento y medias verdades, la institución, el medio o el experto de turno son capaces de intentar manipular a la opinión pública por el mero hecho de conseguir jugosas subvenciones y/o privilegios. A esta gentuza le da igual si un país va bien o mal, si un familiar se enfrenta a otro o incluso si llegan a las manos. Son especímenes que, desde altavoces mediáticos potentes, pretenden generar enfrentamientos con la intención de dividirnos, al mismo tiempo que estigmatizan al disidente. Los oficialistas, debido a su falta de escrúpulos y mezquindad, son capaces de todo y más con tal de enriquecerse. Su sueño es ser el tío Gilito y les da igual cómo alcanzar ese objetivo. Seguro que a más de uno le vendrán a la mente muchos nombres de miserables que son de esa misma condición.

Amigos, no me avergüenzo de ser disidente. Gracias a ello, puedo dormir todas las noches tranquilo. Ser fiel a mis principios está por encima de ofertas de trabajo y de cualquier talonario que se ponga ante mis ojos. Siempre defenderé la verdad empírica y la libertad individual. Me da igual enfrentarme a un familiar o a un periodista de primera línea si es necesario, pero para lo único que estoy dispuesto a venderme es para realizar cuñas publicitarias de distintos negocios y jamás para coartar las libertades individuales de nadie como así han hecho otros. El cobarde y el mediocre se venden por pocos ceros y un pequeño espacio televisivo, mientras que el valiente se pone en guardia y está preparado a enfrentarse a quien sea, aunque su batalla pueda acabar en derrota.

En el pasado, durante los tiempos de pandemia o ‘plandemia’, -allá cada uno lo que piense con respecto a este tema- yo fui firme defensor de la libertad individual a la hora de ‘vacunarse’. Si alguien deseaba hacerlo libremente, me parecía fenomenal. De hecho, desde este digital, tanto algunos de mis colaboradores como yo fuimos críticos con cualquier empresa o institución que intentase coaccionar. Mientras tanto, la inmensa mayoría de los medios, expertos y profesionales de la comunicación se dedicaban de manera ruin y miserable a estigmatizar a todo aquel que no se quisiera ‘vacunar’. En la actualidad, muchos de esos indeseables guardan silencio por todas las barbaridades que soltaron por sus lenguas viperinas, pero, aunque no les guste, les queda para una hemeroteca de las más totalitarias.  

También he sido disidente en el asunto relacionado con la famosa guerra de Ucrania. Mientras la inmensa mayoría apoyaba a Volodimir Zelensky y una pequeña parte a Vladimir Putin, yo he sido crítico tanto con el ucraniano como con el ruso. Para mí, ambos son unos miserables que no velan por su pueblo y que son capaces de cualquier atrocidad con tal de lograr sus objetivos personales. Las únicas víctimas de esa fatalidad siempre serán los civiles quienes lamentablemente son representados por semejantes indecentes. ¡Qué tiempos aquellos en los que se excluía en el ámbito deportivo a cualquier deportista o equipo ruso solo por ser rusos! Esa atrocidad en su día la acabé denunciando cuando otros se dedicaban a aplaudirla.

 Y, con el inicio de una nueva temporada en Minuto Crucial, esta vez me toca ir contracorriente contra el discurso oficialista del momento que tiene como protagonistas al expresidente de la RFEF, Luis Rubiales, y la futbolista Jennifer Hermoso. Tan solo diré que los contenidos que han trascendido en los medios apuntan a que el famoso pico fue consentido, a pesar que los medios oficialistas quieran vender el tema como un abuso o agresión sexual. No diré nada más ya que otros colaboradores seguro que ahondarán más en el tema, pero con respecto a ello, ahí tenéis mi opinión. Podéis llamarme Disidentor porque casi siempre voy contra lo oficial y si en algún caso apoyo algo oficialista… jamás me pongo a estigmatizar al que piensa diferente.

En definitiva, como diría el Rey Emérito D. Juan Carlos, me llena de orgullo y satisfacción inaugurar esta nueva temporada. Queridos minuteros, ante los discursos oficialistas os pido que seáis ‘dudacionistas’, ya que, en la inmensa mayoría de las ocasiones, todos ellos vienen acompañados de intereses de los cuales unos u otros acaban sacando provecho. Otros asuntos como el cambio climático o la viogen también tienen su aquel, por lo que tan solo me queda decir lo mismo que expreso en el encabezado: Di NO al discurso oficialista.

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