La zanahoria para el burro o el SMI

El alumno español, desde hace cuarenta años más o menos, no entiende de economía y me atrevería a decir que, de casi nada, debido a las nefastas leyes de Educación que se han venido sucediendo. Esto nos ha llevado a creer que el Estado es tu amigo y que los distintos gobiernos han pensado en ti y no en enriquecerse a tu costa. 

Por eso, cuando la ministra de trabajo con menos luces que un callejón siniestro dice que sube el SMI, todos aplauden con las orejas y los más resentidos dicen que, perfecto, ya está bien que el empresario gane dinero a costa de su esfuerzo. Los que hemos estudiado lo que es una nómina y de qué se compone, nos echamos las manos a la cabeza ante tanta ignorancia colectiva. 

Podría explicar el impacto de esa subida en el IRPF o cómo algunas empresas tendrán que despedir a uno de sus trabajadores para que el resto gane un 5% más. Pero me temo querido lector que te aburriría y posiblemente tú esto ya lo sabes. Lamentablemente, España en general es un país de zoquetes orgullosos de serlo y contra eso es difícil luchar… te agotas. ¿Cómo explicar que si a ti te suben un cinco a los productos básicos les suben un diez y, por lo tanto, tú pierdes de nuevo y Hacienda gana? 

No puedes. En sus cabezas, esa subida lo ha ocupado todo y qué buena es la señora ministra. Sí, la misma que dice que ella decide, por ejemplo, lo que tiene que cobrar Juan Roig o el dueño de Zara. Un despropósito que haría reír a un muerto si no fuera porque incide de lleno en nuestras vidas y nos las destroza sin miramientos. 

Posiblemente, seamos el país europeo con más catetos por metro cuadrado, incapaces de comprender con una mente objetiva cualquier medida que un gobierno corrupto pone en marcha disfrazada de zanahoria y así, nosotros los burros damos vueltas y vueltas sin disfrutar del manjar nunca.  

Tienen razón los que opinan que tenemos el gobierno que nos merecemos, no me cabe la menor duda. Ciudadanos ignorantes y cobardes que se emocionan con cualquier caramelo que gentuza manipuladora les pone delante de las narices. Pan para hoy y hambre para mañana, les nubla una subida de salario y les incapacita para comprender el engaño. 

Tenemos la juventud más necia de Europa que no saben de nada y se ríen de todo. Que viven con los papás y Dios proveerá. No son combativos, son simplemente manada. Por ese motivo, cuando un compañero triunfa, lo odian, sin pensar que es fruto del esfuerzo personal y el trabajo. Somos una nación a la deriva con una orquesta suicida tocando un Réquiem. El sálvese quien pueda en España toma cuerpo y es un grito de guerra. 

No hay botes para todos. Eso sí, los listos que siempre han comprendido una nómina se ríen, mientras ven caer al agua al trabajador agarrado a la circular donde le anuncian que es un 5% más rico. Quisiera ser más optimista, pero la situación es la que es, dramática y terriblemente desesperante, amárrense lo machos, suerte y al toro.