¿Libertad de expresión o ley del embudo?

Dice Pablo Iglesias que en España hay un debate sobre la libertad de expresión. Nos comunica, con la voz de curilla que usa en tono solemne, cuando cree decir algo importante, que no puede ser que en España se vaya a la cárcel por escribir unos tuits o una canción. No piensa igual de quién escribe poemas, porque al jubilado que se le ocurrió hacerle uno a su » compañera de vida» y ministra, le plantó una querella penal.

El vicepresidente miente, y lo sabe. Pero también sabe que su borregada particular no dudará de sus palabras. Yo soy una plena defensora de la libertad de expresión. Considero que el precio a pagar por escuchar cosas que no quieres o la ofensa que puedes sentir en un determinado momento, bien vale la pena por el momento que decides hablar tú en plena libertad y sin que nadie te calle.

Pero hay una cosa que hay que tener bien clara, la libertad de expresión no es de unos pocos, es de todos, y si de verdad la defiendes, debes pagar el precio de escuchar también lo que no quieres o te ofende. Las normas son así, y ese creo que es el problema, no buscan una verdadera libertad de expresión, buscan la ley del embudo, es decir, que ellos tengan campo abierto para decir lo que quieran y callarnos a los demás. Lo suyo será libertad de expresión y lo de los demás, delito de odio y estará justificado callarlos a cualquier precio, y así no.

En España, este derecho es un derecho fundamental sobreprotegido incluso sobre otros, pero no es el único derecho fundamental. Y como todos tienen límites, y el límite está en la ley. Si quieren modificar los límites, que legislen, pero ojo, es importante recordar que esos límites desaparecen para todos, luego no quiero lloros, que luego revisando la hemeroteca vemos lo fina que tienen la piel todos estos que pegan con puño de hierro.

Decir que lo ocurrido estos días; el vandalismo, los robos, los asaltos y la violencia, tiene que ver con la libertad de expresión es una broma, y si alguien considera legítimo destrozar la propiedad privada de alguien y robarle… lo mismo otro lo considera igual de legítimo sacarle los dientes por la nuca, y de ahí a la barbarie, un milímetro.

Se autodenominan antifascistas, y mira, no, antifascista fue Churchill. Estos son sólo niñatos malcriados, vándalos y delincuentes, que escudándose tras nobles causas en las que no creen, se llevan el vestuario gratis para casa de primavera verano de Nike o Gucci. De hecho, me atrevería a decir que la más de la mitad de los que salieron a quemar ciudades, no sabrían describir que es la libertad de expresión ni dónde está recogida. Pues los mismos que dicen luchar por ella quieren destruir el marco que la recoge, la Constitución.

En China hay una antigua maldición que dice que ojalá te toque vivir tiempos interesantes. Viene a decir que ojalá te veas arrastrado de tal manera por los acontecimientos que te toque vivir y que no tengas ni un segundo de paz. O lo que es lo mismo, ojalá el aluvión de acontecimientos sea tal, que por centrarte en lo urgente nunca llegues a hacer lo importante, por lo que se deduce que una vida feliz sería entonces una vida tranquila, pacífica y familiar, y que me aspen si no los estamos viviendo. También tienen otra, aún peor, que dice que ojalá se cumplan todos tus deseos, porque saben bien que de hacerse realidad te verás inmerso en un montón de desdichas.

Hay que tener mucho cuidado con lo que se desea, porque a veces se cumple, y luego nos toca a todos sufrir las consecuencias.