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Los árbitros del fútbol terminarán siendo robots

Salía hace poco la noticia sobre la nueva tecnología impartida por la Federación Internacional de Fútbol Asociación para el próximo mundial. El fuera de juego semiautomático, o mejor dicho, el chivato nuevo de la FIFA, traerá consigo 12 cámaras bajo las cubiertas de los estadios más una unidad de medición en el interior del balón.

En sí, es una nueva actualización del ya conocido VAR, que mandará de forma casi instantánea una advertencia al equipo arbitral en forma de video para aclarar cualquier tipo de duda. La verdad que todo esto comenzó hace tiempo con el Ojo de Halcón, que se encarga para ver si el balón traspaso en su totalidad la línea de portería.

Anteriormente, los árbitros tenían pocas ayudas para poder tomar decisiones, siendo del propio ‘trencilla’ junto a sus auxiliares quienes bajo su criterio y siguiendo las reglas del fútbol tomaban las decisiones. Ahora, en este momento, la última decisión sigue siendo del colegiado, pero totalmente controlado y visto con lupa por las nuevas tecnologías que, bajo mi punto de vista, ahora mismo podría arbitrar cualquier persona con unas cuantas nociones básicas.

Toda esta historia le quita espíritu al fútbol. Queremos tener un fútbol sin límites y, para ello, este deporte se compone, tanto de los equipos que salen al terreno del juego como del equipo arbitral, pero sin tener que depender de una máquina para valorar acciones de juego, ni tampoco estar esperando el resultado como si esto se tratara de un videojuego. Para eso, ya tenemos las diferentes videoconsolas del mercado, el fútbol real tiene que estar siempre sin esa presión mecánica y con más presión instantánea, donde los jugadores, tengan esa libertad de movimiento y fallo, al igual que el propio equipo arbitral.

Al final, todo esto implica a que algún día será más importante una máquina en el fútbol que el propio fútbol y lo que eso conlleva a que si ponen a unos cuantos robots sustituyendo a los árbitros, no notaríamos diferencias, ya que los árbitros cada día tienen menos importancia en el fútbol. La tecnología es positiva en todos los aspectos, pero un exceso de tecnología lo que hace es quitar colorido y pasión al deporte rey. Una decisión que hasta al propio aficionado le genera más polémica a la espera del resultado de una máquina que, aun siendo exacta, rompe la dinámica de un partido de fútbol.

En el balompié se depende de aciertos y fallos, donde los protagonistas dentro del terreno de juego no necesitan tener esa presión externa y sí una presión en tiempo real para poder generar un partido de fútbol totalmente independiente a todo el revuelo tecnológico que se intenta imponer para bajo mi punto de vista, desfavorecer el sentimiento real del fútbol.  

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