Aún con la decepción de no haber repetido la participación de la manifestación del 11 de julio, de haber sido bloqueados por una fuerza militar nunca vista, hay que sacar conclusiones y prepararnos para el hoy y el mañana. Sería injusto hablar de fracaso, no lo entendió así Edison con “descubrir las 999 formas de como NO hacer una bombilla”, pues hemos “descubierto” que el pacifismo no es la vía de conseguir la libertad, que rosas blancas contra bastones de policía y pistolas no consiguen un resultado positivo, demasiado desequilibrio de fuerzas y falta de escrúpulos. Aunque pudo abrir los ojos a los más rezagados, que el romanticismo caribeño le impedía ver una realidad a gritos desde 1959.
El 15 de noviembre, la manifestación bloqueada, nos da varias lecturas e interpretaciones a tener en cuenta. Jamás en la historia se vio un país tan militarizado, como por arte de magia se vieron los motorizados tan típicos de los grupos “paramilitares” de Venezuela, Colombia, Nicaragua… es raro entender de donde y con qué combustible “surgió” semejante motorizada…. tantas y por todas partes, parecía otro país. Parecía que había más policía que civiles. Calles cortadas estratégicamente, otras tan vacías, por primera vez en 62 años los autobuses circulaban vacíos, todo tan raro.
Parecía otro país y lo es, desde el 11 de julio, con la “orden de combate” dada en la televisión en abierto que llevó al esperado “click” de muchas cabezas, que aun creían que las anécdotas contadas por los cubanos emigrados era ficción. Ayer se volvieron a ver “escraches”, mítines de repudio, que, aunque no fueron tan violentos como en las décadas del 60 y 70 a muchos les recordó aquella época oscura. Hay que repetir hasta la extenuación, para evitar que los intentos de tergiversación de los hechos que vendrán afecten la realidad: se prohibió vestir de blanco, ya que este color se estableció como “uniforme de las protestas” por parte de los convocantes. El ridículo llegó al punto de decirles a estudiantes y personal de salud que ese día (el 15) utilizaran otros colores en su vestimenta, lo nunca visto, eso en una Cuba donde conseguir cualquier prenda con un salario y con la mayor inflación de la historia que ha sufrido la isla, pudo ser un gasto adicional en una población que malamente se alimenta.
Pero se admitió esa imposición, se admitieron los escraches a los que anunciaron que marcharían pacíficamente y llevaban mostrando descontento en redes sociales, se admitió la militarización del país, se admitió que se utilizaran a los niños para dar actos y simular una normalidad irreal, se admitió que los jóvenes que actualmente estaban “cursando” el servicio militar obligatorio fueran uniformados y armados con estacas de madera como en el 11 de julio, se admitió que circularan unos raros elementos motorizados que nunca se habían visto hasta la fecha…. y aquí viene la pregunta:
¿No era justo esto lo que justificaron el terrorismo contra cines, cafeterías llenas de civiles, asaltar hospitales, la guerrilla y posterior golpe de estado de los barbudos? ¿No eran estas cosas lo que venía la revolución a eliminar de la dictadura de Batista? ¿Cuál es el límite que se piensa admitir? ¿De verdad se seguirá esperando que la comunidad internacional, que esta vez sí observaba, solucione tus problemas de salud pública, llenen tu nevera de comida, tus farmacias de medicamentos, que aumenten la cifra de tu exiguo sueldo…y todo esto sin una intervención militar, sin tomar el control temporal del país? ¿En qué momento pasamos de leones con machetes que se enfrentaban a las balas con el cuerpo semidesnudo, a corderos que solo buscan sobrevivir sin meterse en problemas, evitar la represión contra su familia y en cuanto puedan marchar del país, donde seguirán callados para evitar problemas? ¿En qué momento empezamos a justificar la violencia, incluso a ejercerla contra compatriotas que piensan distinto y tienen el valor de manifestarlo? Injustificable y ruin. ¿Miedo a qué? ¿A perder un trabajo de m… donde no dudarán en expulsarte el día de mañana, cuando tu vejez no permita apalear a nadie, ese mañana no podrás protestar porque habrá otro ocupando ese lugar, todavía más adoctrinado y con menos principios morales que tú, dispuesto a abrirte la cabeza con un palo por “el bien común y la revolución»?
Conviene recordar el destino que tuvo Boxer, el caballo de Rebelión en la Granja, el de: “trabajaré más fuerte”, para unos cerdos que no tardaron en adquirir los mismos comportamientos del hombre contra quién se revelaron. ¿Por qué lo hacen? ¿Una bolsita de alimentos extra, una limosna más que tu vecino? ¿Sabes que en un país normal no necesitarías limosnas para vivir, ni remesas de familiares que espero que dejes de recibir ya? En este grupo de “personas se encuentra el “nuevo hombre”, sin escrúpulos, marionetas de sus propios verdugos, “personas” que deberían ser identificadas y ajusticiadas por sus actos, a falta de democracia queda el ojo por ojo, el “expulsar a los mercaderes del templo”, el fin de seguir poniendo la otra mejilla y olvidar.
La realidad se hizo evidente, hay pocos dispuestos a arriesgar su vida, y con tal número solo pueden acudir al clandestinaje. A realizar acciones que sirvan de ejemplo y templen el corazón de nietos de los leones de antaño, nunca del tipo que ejerció el “directorio revolucionario” en la década del 50, poniendo bombas en cines, atacando hospitales y “objetivos” llenos de civiles con el respectivo derramamiento de sangre inocente. Sí atentar contra objetivos económicos, contra represores, agotar los medios que permiten “surgir por artes casi mágicos”, personal motorizado, miles y miles de militares…. Eso para quién realmente quiera dejar un país libre en herencia a sus hijos y nietos. Son necesarias iniciativas independientes, sin seguir un líder que como hemos visto sería el primero en ser apartado y reprimido, el cubano es creativo para construir, basta con enfocar ese talento en debilitar a sus opresores. No significa esto que suspenda cualquier vía no violenta, al contrario, personalmente insto a usar camisa blanca del tipo que sea como uniforme de oposición y hacer visible el descontento. No significa que sigan existiendo grupos que insistan en el pacifismo. Todo suma y toda acción merecerá apoyo y respeto. De la vía pacífica duele ver como se pierden las vidas de tantos, de lo mejor del país, de los Huber Matos, los “Plantados”, de Payá, Coco Fariñas, José Daniel Ferrer y tantos otros con penas de 20 a 30 años, palizas y afectaciones de por vida por huelgas de hambre…
Los que vivimos fuera, debemos seguir insistiendo en la vía política. Llegar a los partidos y explicarles la situación real. Devolverles el apoyo que nos han dado estos meses, hacerles entender que, al menos en España, hay un censo de más de 140 mil cubanos con derecho a voto, desde una isla donde la transparencia, separación de poderes y la democracia, hace tiempo desaparecieron. Y que ese voto puede desestabilizar sus países. Que o permiten observadores, apoderados y demás garantías democráticas pueden fabricar un fraude electoral, suponiendo que no esté sucediendo ya. Qué es necesario revisar las ONGs que envían dinero o lavan en nuestros países la imagen de la dictadura militar, con nuestros impuestos.
Nos toca crear comunidades fuertes en el exterior, influyentes en política, garantizando a los partidos que nos apoyan nuestro respaldo electoral, a fin de cuenta es el derecho adquirido con la nacionalidad, el pago de impuestos y el ser parte de la comunidad. Dejar claro a los partidos que no reconocen Cuba como una dictadura militar, que convocan manifestaciones de apoyo a ese gobierno genocida que da “ordenes de combate” sobre su pueblo desarmado, que no permite manifestarse con una rosa blanca y/o vestido de blanco, que esos partidos, NUNCA JAMÁS tendrá un voto de NADIE de nuestra comunidad.
Claro que también queda la opción de seguir así, de mantener la dictadura con remesas familiares, de caer en promesas de apertura y condonar la deuda de la dictadura con las empresas que por su iniciativa están instaladas en Cuba y son su principal fuente de financiación, de enviar ayuda humanitaria que irá a los militares o serán puestos a la venta sin que para quienes fueron enviados sepan de la existencia de dicha ayuda, de visitar Cuba por placer, por turismo sexual, por sexo con menores a cambio de limosnas, de seguir renovando el pasaporte más caro del mundo…. Ese tipo de humanismo “progresista” modelo de un líder “podemita”.
Si Cuba está en la calle, en el exilio también estaremos, si Cuba lucha, el exilio apoya, pero si Cuba abandona, no hay nada que hacer. Siempre ha estado en sus manos, en los de dentro, desde el exilio podemos ayudar y ayudaremos, “solo” eso. Esta lucha nos desestabiliza, el tiempo y recursos empleados que merezca la pena. Sería mucho más fácil volcarnos exclusivamente en nuestra vida actual, conocer otros países, emplear cada minuto en nuestra familia actual, cada euro en nuestro proyecto actual. Sigamos siendo uno, luchemos juntos y conseguiremos todo. #15NCuba #CubaEsUnaDictadura #PATRIAyVIDA #SOSCuba
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