Este pasado fin de semana, el Sr. Sánchez ha dado un mitin en Benidorm, rodeándose de sus palmeros para comunicarnos a través de todos los medios que España va bien y que prevé un importante crecimiento para el año próximo.
Si el Gobierno de este Sr. lleva ya tres años instalado en las mentiras y las ha convertido como estrategia con el apoyo de los medios subvencionados, es porque ha llegado a la conclusión que a los españoles nos da igual que nos mientan. Bueno, esto puede llegar a ser verdad y además tiene a los “cuervos” de sus socios que aprovechan su debilidad para obtener sus pretensiones cada vez menos ocultas y más descaradamente inconstitucionales. Pero a ellos les da igual las mentiras del Sr. Sánchez, ellos a lo suyo.
Pero claro, esta estrategia no cuela en la Comisión Europea, que para empezar a soltar los primeros dineros del prometido rescate, exige una rígida transparencia y es ahí donde el Sr. Sánchez se le empieza a ver “el plumero». Pues lo han pillado en su mentira sobre la Reforma Laboral y su planteamiento sobre las pensiones. Lo que pone en el informe que ha mandado a Bruselas no es lo que defiende en España y claro esto se ha descubierto y sin ningún pudor culpa a su ministro el Sr. Escrivá. “El pobre” no sabe ahora donde meterse y se huele que puede seguir el camino del Sr. Ábalos y otros tantos que sirvieron de “purga” para cargar con los desatinos de nuestro presidente Sánchez. La propuesta de ampliar a 35 años el computo para calcular el importe de las futuras pensiones ha puesto en guardia a sus socios incluido a Podemos y la “sutil” y vergonzosa reacción de los Sindicatos que, aunque es lógico que lo vean improcedente, no se atreven a levantar la voz, por si pierden alguna de sus cuantiosas subvenciones. Que la gamba roja hay que pagarla, así como alguna otra fiesta loca que baratas no salen.
Pero todo va bien. Según el Pedro Sánchez, tres cuartas partes de las actuales pensiones, por debajo del salario mínimo, un 20% de la población en riesgo de exclusión social, la tasa de desempleo al 14,6 % de los cuales los jóvenes alcanzan el 30,6 %. Por cierto, los Sindicatos callados. Pero todo va bien; el precio de la Luz y el Gas disparados y sus consecuencias en los productos de gran consumo ya se dejan notar con importantes subidas de precios al consumidor. Los productores en origen se revelan ante los altos costes de producción y de sus materias primas. Los transportistas, tan alabados en la pandemia por su encomiable labor y esfuerzo para poder suministrar a la población, ahora se sienten abandonados y piensan realizar una huelga de transporte en las fechas claves de Navidad para hacerse valer y poder recuperar sus negocios tan necesarios para todos.
Pero todo va bien; la inmigración ilegal sigue llegando a nuestras costas sin ningún control. Además, hemos visto cómo se organizan para hacerlo a través de los aeropuertos, dejándonos a todos perplejos con la facilidad que lo consiguen. Esta inmigración está generando situaciones de delincuencia en barrios de nuestras ciudades, ocasionando a los ciudadanos una convivencia insostenible, con ocupaciones de viviendas y con reacciones violentas hasta enfrentarse a las Fuerzas de Seguridad. Todo ello, bien “filtrado” por los medios afines al Gobierno para que llegue a la población solo lo que no pueda generar alguna repulsa a estos grupos que, en vez de integrarse y adaptarse a nuestras costumbres de sociedad y convivencia, eligen la delincuencia como camino.
Pero todo va bien. El Sr. Sánchez saca pecho con los resultados de la pandemia y los altos índices de vacunación y argumenta que el resto de Europa nos envidia. Además, achaca a la oposición de derrotista y poco patriota por no aplaudirle y engrandecer su desmesurado ego. Pues mire usted, Sr. Pedro Sánchez, TODO NO VA BIEN Y YA VEREMOS COMO CONVENCE A EUROPA.
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