Ucrania, Estonia, Letonia, Lituania, Suecia, Finlandia y hasta el mismísimo infierno si se lo propone están a tiro de ser invadidas por el tirano soviético, nostálgico de que aquella vieja Unión Soviética comunista, la cual, más de 100 millones de muertos a sus espaldas dejó.
El buenismo de occidente es cuestión de tiempo que termine con él; ¿Con qué inmunidad creen ustedes que un tipo como Putin se sentirá, al ver que la UE se dedica a sancionar a países miembros como Polonia y Hungría por no querer implantar leyes LGTB y de género, o primar su ordenamiento jurídico interno frente al comunitario, siendo encima estos dos países defensores de sus fronteras europeas frente a la islamización musulmana?¿Cómo de aterrado creen que estará Putin tras haber podido observar la humillación y la debilidad demostrada por EEUU y la momia de su presidente, en la cobarde huida en Afganistán? Y no es para menos, Europa y Estados Unidos han caído en manos de inútiles burócratas, los cuales se limitan a lavarse las manos ante un conflicto internacional alegando no tener competencia siquiera para intervenir en defensa de Ucrania ya que esta no forma parte de la Unión Europea ni es miembro de la OTAN. Resumiendo, Ucrania abandonada, sola a su suerte con un poquito de armamento donado inmisericordemente.
Personalmente, me avergüenza profundamente ser ciudadano de una «unión» de países, la cual ante una invasión a un país vecino y amigo se limita a expulsar a su invasor de Eurovisión, iluminar fuentes como señal de solidaridad con el pueblo ucraniano, expulsar a Rusia de la Champions o dejar a Putin sin Fórmula 1. La decadencia de occidente es tal, que ejemplos como los de España, donde miembros del ejecutivo proponen en el Congreso enfrentarse a Putin con «los movimientos feministas y ecologistas» e Izquierda Unida se manifiesta contra la OTAN cuando ha sido Rusia la que ha invadido Ucrania, hacen que sinceramente hagan merecernos extinguirnos como especie. Seguro que poniendo carteles como aquí de “No violarás”, buzones arcoiris, puntos morados, semáforos con falda, señales de “Ciudad libre de violencia de género” y cantarle al invasor “El violador eres tú”, lo solucionaría todo… no sé a quién, pero deberíamos de pedir todos perdón.
“Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”. Y en España deberíamos de tomar nota de lo sucedido. Marruecos lleva tomando nota de la pasividad “justificada” de la OTAN ante Ucrania frente a Rusia desde el primer día. Ceuta y Melilla no están cubiertas bajo ese paraguas de la OTAN y con el PSOE gobernando todos sabemos por donde tiene agarrado el gobierno marroquí al ejecutivo español, amenazando con desvelar aquella información que, hace ahora 18 años en aquel desgraciado 11 de marzo, todos sabemos de ellos. El grifo de personas está abierto y ejemplos de invasión como el del pasado miércoles cada vez son más frecuentes.
Definitivamente, occidente se pudre. Con un presidente estadounidense que le cuesta distinguir Ucrania del mismísimo Irán, con una Alemania, motor económico de la Unión Europea que cerró todas sus centrales nucleares por ser perjudiciales para el medio ambiente y como consecuencia de ello depender exclusivamente del gas que le proporciona Rusia y demás absurdos de ejemplos, harán que, por querer controlar occidente con sandeces globalistas, oriente nos comerá, y cuando lo haga y sea tarde, entonces sí que podrán meterse sus queridas agendas buenistas por donde les quepan.
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