En plena crisis sanitaria, económica y política, nos acontece un problema social de categoría mayor generado por un personaje cuanto menos peculiar: Ada Colau.
Hablamos de la okupación.
Me gustaría ahondar en el significado original de la palabra. La ocupación es, en el derecho civil, un modo de adquirir la propiedad de las cosas que carecen de dueño y consiste en su aprehensión material unida al ánimo de adquirir el dominio, es decir, pasan a ser de otro por el solo hecho de ocuparla.
Si nos ceñimos a la definición literal, habla de propiedades que carecen de dueño. Algo que Ada Colau parece que no ha entendido o que simplemente no está dispuesta a entender. Pero, ¿por qué hablamos de la alcaldesa podemita de Barcelona? Principalmente, porque se ha dedicado este verano a inculcar por medio de unos cursos de verano, ideologías que fomentan la violación de la propiedad privada.
Estos cursos se imparten en el centro cívico La Casa dels Joves de les Corts, centro administrado por el consistorio de Barcelona donde tienen lugar determinados actos y talleres de formación, dominados en su totalidad por la izquierda.
El curso que compete al tema central de este artículo es concretamente el de “Autogestión y nuevos modelos de vivienda alternativos”. Impartido entre los días 3 y 24 de julio, tuvo como objetivo acercar a sus asistentes a modelos de alternativas de vivienda. Durante esos días, también tuvo lugar una charla sobre la “Filosofía de liberación de espacios”, con marcadas pinceladas anarquistas. 2.644 okupaciones se han realizado en la capital, territorio de Ada Colau.
Este curso realmente lo que impartía era contenidos relacionados con la ocupación y cómo realizarla con éxito para conseguir “espacios libres”. Una manera efectiva de poner al alcance de los más jóvenes un modo de vida alternativo, empezando por cómo justificar la ocupación de viviendas y edificios.
Talleres para ser okupas basados en teorías anarquistas, financiados con el dinero de los contribuyentes. Un auténtico despropósito solo al alcance de una alcaldesa sin escrúpulos y un nivel de sectarismo más que preocupante.
Concretamente, este taller para crear okupas formados no se ha realizado solamente en julio. También lo precedió otro curso de 2 días en mayo, impartido también por los Casales de Jóvenes.
Esto es más grave de lo que parece, el hecho de que un ayuntamiento se permita el lujo de fomentar la apropiación ilegal de viviendas y edificios mediante cursos financiados con dinero público, es algo que parece sacado de una película de ciencia ficción. ¿Qué consistorio quiere alentar a los más jóvenes a okupar las casas de sus propios ciudadanos y vecinos ilegalmente? ¿Ada Colau ha perdido la cabeza? Posiblemente nunca la llegó a tener.
Asociaciones como Okupar Barcelona te dicen abiertamente qué pasos llevar a cabo para okupar una vivienda.
Con todo este caldo de cultivo, es más que entendible la nefasta situación de Cataluña y, más concretamente, la de Barcelona. En lo que va de año, en la comunidad catalana se han okupado la friolera de 3.611 viviendas. De ellas, 2.644 okupaciones se han realizado en la capital, territorio de Ada Colau. ¿Casualidad? No lo creo.
Otro tema destacable es el perfil de los okupas actuales. Siempre se relacionaba, años atrás, a okupas con mendigos o personas en estado de exclusión social, lo que tenía su lógica, ya que eran personas sin hogar. Pero, según los expertos, esto ha cambiado de manera radical, ya que se tratan de okupas sin ningún tipo de necesidad social y que aparecen en los juzgados a declarar con móviles de última generación.
Según el juez de primera instancia de Barcelona, Fernando Valdivia, las okupaciones han aumentado porque “desde la administración se está provocando que pase esto, los populismos no ayudan”.
Nos encontramos ante un problema de “mafias” que organizan a este tipo de perfiles para cometer apropiaciones ilegales de la manera más eficiente. Este nuevo estilo de okupa cuenta con un apoyo logístico, que les proporciona llaves, contratos y asesoramiento jurídico para realizar las ocupaciones con éxito y sortear a la justicia.
Muchas de esas “mafias” son conocidas y no se ocultan en ningún caso. Asociaciones como Okupar Barcelona te dicen abiertamente qué pasos llevar a cabo para okupar una vivienda. Pero lo más preocupante de todo, es que una persona encargada de gestionar una ciudad tan importante como Barcelona, base sus esfuerzos en crear profesionales de la okupación y llegue a ese nivel exacerbado de okupaciones, liderando el número de casos en toda España.
En base a todo este tipo de despropósitos, solo espero y deseo, por el bien de Barcelona, que Ada Colau no vuelva a ganar unas elecciones y la ciudad condal vuelva a ser lo que era. La capital catalana está irreconocible desde que tomase el mando de la ciudad la líder de Barcelona en Comú. Los datos de los que puede presumir su pésima gestión son un alto nivel de delincuencia, okupación, violaciones, peleas, asesinatos, suciedad e inseguridad. Datos que, supongo, serán más que suficientes para poder eliminar a Ada Colau de la alcaldía de Barcelona.
Y el tonto de Valls apoyando a esta chalada como alcaldesa. Qué penita de país.