Hace un par de semanas que vengo dándole vueltas al hecho de dar mi opinión sobre la censura en las redes sociales. Creo que el tema es de suma importancia y por ello, merece que le dedique un artículo explicando mi punto de vista.
A raíz de la censura de Trump por parte de estas oligarquías, hubo varios dirigentes europeos que manifestaron su descontento hacia estos hechos. En España ocurrió todo lo contrario. La situación fue prácticamente aplaudida por un conglomerado de izquierdas sin apelar a ningún tipo de argumentación convicente.
Las izquierdas siempre claudican en post de una agenda y de un beneficio que no es otro que el suyo propio más por encima incluso que el de todos los usuarios de redes sociales que habitan en este país. Si eligen actuar de este modo frente a un dirigente elegido democráticamente ¿qué serán capaces de hacerle a cualquier español de a pie?
Estas corporaciones se han creído estar por encima de las legislaciones de los distintos estados y sus soberanías. Se dedican a regular la libertad de expresión a su antojo y con su especial manera de verla publicando como empresas editoras, pero sin estar fiscalizadas como tal. Esas mismas que acaban erigiéndose con un capital principal a base de los datos extraídos por sus propios usuarios y del comercio a partir del cual, los acaban utilizando a su gusto y semejanza.
¿Pero entienden estas multinacionales que sus usuarios son ciudadanos con derechos y libertades reconocidas en sus legislaciones? ¿Entienden que no les pertenecen?
Por otro lado veo urgente que se tomen medidas desde este Gobierno para defender nuestros derechos y libertades, ya que tienen la obligación de hacerlo. Los gobiernos y los organismos internacionales democráticos tienen el deber ineludible de velar por los derechos fundamentales de las personas, entre los que podemos encontrar la libertad de expresión.
Me llama muchísimo la atención de las directrices y arengas de los totalitarios e incluso, de algún condenado partido tirano, estos mismos que llegan a ser expuestos en las mismas redes sin ningún tipo de pesar ni censura y no les sucede absolutamente nada.
La libertad de expresión cojea siempre hacia el mismo lado. Así que no se trata únicamente de la censura sino de cuánto valoramos nuestra libertad. “Yo no tengo nada que esconder, por lo tanto, me da igual eso de la privacidad” con esta frase muere tu libertad.
Los Big Tech buscan saber de todos, pero no de todos en general, sino de cada uno de nosotros en particular. Ellos ganan muchísimo dinero personalizando la publicidad para que sea atractiva para ti en concreto. Esto se consigue a través de procesar tus datos personales.
Cuanto más uses su sistema operativo, su buscador, su aplicación de mensajería, de correo electrónico, su red social, su red de micro blog, su navegador GPS o su asistente por voz, desgracuadamente, más y más conocerán de ti.
Ahora que ya saben prácticamente todas tus acciones y tú dependes de ellos para comunicarte y recibir información de lo qué pasa en el mundo, ya están en disposición de vender influencia sobre ti, censurando informaciones u ofreciéndote resultados interesados.
Lo primero que nos viene a la cabeza es que los estados deben legislar para evitar ese abuso de poder, como ya he mencionado. Pero eso implica seguir dejando nuestras vidas en manos del estado. ¿Es preciso recordar quién nos gobierna?
Pues eso. Ya va siendo hora de empezar a respetarse uno mismo y de valorar la privacidad y libertad por encima de la comodidad. ¿Para qué somos convocados a las urnas si hay unas corporaciones que actúan como legisladoras de nuestras vidas y de nuestro pensamiento?
Nos jugamos la libertad y la democracia.Nos jugamos nuestra soberanía. Las naciones que han construido con éxito estados de derecho y que amparan los derechos y libertades de los ciudadanos deben actuar con urgencia y contundencia ante esta nueva amenaza.
VOX planteará en todos los organismos donde los ciudadanos le han dado representación. Iniciativas para revertir los abusos del oligopolio tecnológico.
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