“¡Cállate y estate tranquilo!». No se me ocurre un título mejor para describir el festival de eurovisión 2021. Así se titula la canción italiana. Un certamen que Italia se ha llevado callando las bocas a todas esas personas que decían que el festival era un concurso de baladas. Y no solo eso. Tras las acusaciones a la que se ha sometido al cantante de la banda Damiano, el propio cantante ha decidido hacerse un test de drogas y el resultado fue negativo. Y todo porque muchos países no saben encajar una derrota. Porque no pueden entender que el rock está de moda y no solo por la victoria de Italia. Finlandia fue la cuarta canción más votada con una canción de heavy metal. Toda Europa voto a Italia, pero el jurado español no dio ningún punto ni a Italia ni a Finlandia. No me cabe en la cabeza que, de cinco componentes del jurado, no hubiera ni siquiera uno que votara a una canción diferente. Todos fueron a por las baladas. Así que la alegría de esta victoria rockera en este artículo va dedicado a ellos. Fíjense, en cambio el resultado del televoto español: 10 puntos a Italia y 2 a Finlandia.
No quiero menospreciar las baladas. El artista suizo Gjon tears hizo una soberbia actuación y podría ser perfectamente una canción ganadora. Respecto a Francia, me sorprende tanto el apoyo que ha tenido esta candidatura. Todo el mundo nos la quería vender como la mejor canción de Eurovisión. Y la verdad tanto » voila, voila, voila» llega a ser repetitivo. Tiene una voz prodigiosa, sí, pero este festival es un concurso de canciones y no de voces. No estamos para valorar una voz sino una canción y desde luego los jurados europeos asocian buena voz a mejor canción del concurso, desde luego un concepto erróneo. Menos mal que está el televoto para darles un buen tortazo en el gusto musical.
Al margen de esto, hay que destacar que fue un festival de Eurovisión muy emocionante hasta el final y que los eurofans pudimos disfrutar como niños tras un año de ausencia. Italia dio la sorpresa, pero otras candidaturas como Islandia, Ucrania o Lituania maravillaron y lograron un gran apoyo del televoto por ser las más originales. En cuanto a decepciones cabe destacar la británica, alemana, holandesa y en cierta manera la española. Si bien es cierto que Blas Cantó lo hizo todo y puso su mejor versión para una actuación impecable. No es lo mismo quedar entre los últimos con un tema trabajado que con un friki tema como el del alemán. Todavía no me explico que el teutón tuviera 3 puntos. Por cierto, para desilusión la que se llevaron los de San Marino que, llevando a uno de los raperos más famosos del Mundo, Flo Rida, al final solo tuvieron 50 puntos y sus rostros lo decían todo. No creo que Flo Rida vuelva por Europa en un tiempo.
En la gala no fallaron los detalles típicos del festival. Mucho vestido sexy, maquillaje y hasta relleno. Divas de ventilador, cachitas y hasta una presentadora transexual… Para curioso lo que le ocurrió a la delegación de Islandia; llegaron al recinto, hicieron sus ensayos y de repente al día siguiente uno de los miembros dio positivo por coronavirus. Como ya habían grabado los ensayos pudieron poner aquella actuación y se les dio muy bien la cosa, cuarta posición. Otra de las actuaciones curiosas fue la de Moldavia, a la que se le cayó el micro en pleno directo y nadie se percató. Noruega y Azerbaiyán no es que quedarán muy bien, pero se ha creado una historia de amor entre ellos que no se sabe dónde llegará. Rusia salió de una matrioska para reivindicar el poder de las mujeres y Bulgaria nos contó una de las historias más tristes de la noche con una voz desgarradora. Lo más gracioso de la noche vino tras conocerse los votos de los jurados. La cantante francesa dijo en las cámaras. “Lo importante es que dos canciones en francés están en lo alto de Eurovisión”. Llegó el televoto e Italia les calló las bocas. ¡Nos vemos en Roma!
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