Los de Vox debemos ser tan malos y peligrosos para España y sus gentes que los medios tratan cualquier evento masivo de nuestro partido como algo nocivo para la democracia y, por ende, censurable. Y es que el silencio mediático de los grandes medios que hace apenas 7 días nos “metían hasta en la sopa” la convención nacional del Partido Popular es hoy atronador. Apenas una pequeña reseña, si no un vacío absoluto, sobre el evento político y social más importante desde hace décadas. Y es que el “Viva21” del partido de Santiago Abascal ha dejado en ridículo a todos aquellos que ven en Vox un simple partido emergente con fecha de caducidad como en su día fue UPyD u hoy es Ciudadanos o Podemos.
El reunir durante dos días a más de 20.000 personas en un solo recinto para celebrar España a través de las costumbres, lugares, Historia, cultura y gastronomía de todas y cada una de sus 52 provincias es algo histórico y hasta ahora impensable en unos momentos donde las comunidades autónomas impulsan unos regionalismos que, por beneplácito y promoción del bipartidismo, han dominado la esfera cultural de las grandes editoriales informativas y con unas instituciones rendidas ante esta artificiosa manera de dividir administrativa y políticamente a los españoles. Porque Vox es mucho más que un proyecto político. Es algo mucho más grande y con una vocación de permanencia en la unión los españoles disidentes con el estado de cosas impuesto por los lobbies globalistas que quieren reducir al individuo y la familia a un mero ente consumidor y las naciones a simples unidades administrativas para ejecutar una dichosa Agenda 2030 que nadie ha votado y que decide por nosotros como debemos vivir.
Pero lo que sí es cierto es que los partidos políticos y los grandes medios afines a la religión globalista no se enteran absolutamente de nada. Reducen continuamente a Vox a una mera caricatura de nostálgicos del franquismo en un intento por ningunear al único proyecto que representa una verdadera alternativa al gobierno de Pedro Sánchez y a sus tentáculos regionales, provinciales y municipales. Lo dicho: no se enteran de nada. En IFEMA nos congregamos familias enteras con niños que disfrutaron de la zona infantil con multitud de juegos, jóvenes en grupos de amigos en busca de respuestas ante la desesperanza impuesta por la cultura progre que los maltrata, mayores que ven con temor la herencia nacional que le van a dejar a sus nietos y, lo que es aun más hiriente y uno de los motivos del tapón informativo: parejas del mismo sexo y personas de todas las razas y nacionalidades que disfrutaron de unas jornadas festivas sin temor a ningún tipo de agresión e insulto. Es precisamente esta unión pacífica y altamente comprometida con la esencia de España lo que más temen los enemigos de nuestra Patria. Y entiendo que vayan a estar varios días sin dormir. Que no informen no quiere decir que no noten en su nuca el aliento de la Libertad. Esto ya no lo puede parar nadie.
El domingo pudimos vivir lo que para muchos fue el momento más especial del que un español amante de la Libertad puede disfrutar. Nada menos que el discurso de José Antonio Ortega Lara. Su honestidad, su integridad y su defensa férrea de España frente al terrorismo separatista que lo mantuvo en un zulo de ETA durante nada menos que 532 días no solo es algo admirable de forma infinita, sino que representa a la perfección la insumisión absoluta y patriótica hacia todos aquellos que quieren pisar lo que hemos sido, lo que somos y lo que seremos: hombres y mujeres libres. Él es el mejor de todos los que humildemente componemos Vox y él es nuestro gran referente moral, que no es sino la más importante de las referencias. Él fue el encargado de recordar algo que a nadie se nos ha olvidado: Vox fue fundado para defender los tres pilares fundamentales de nuestra cultura occidental. La Vida, la Libertad y la propiedad privada son las tres guías maestras que sustentan todo lo que es, representa y defiende nuestro partido. Tres elementos que delimitan con claridad nuestras ideas, pensamientos y actuaciones y que no hemos abandonado desde 2014. Y que no abandonaremos jamás. Y el hecho de que no cambiemos de programa también es algo que odia el stablishment político y mediático. Tampoco lo entienden. Ni falta que hace. Que ellos nos sigan llamando fachas. Que ya hacemos nosotros lo que hay que hacer.
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