Nos tomamos la merienda esta tarde con la noticia de que el socio del PSOE en el Gobierno de España señala que no va a admitir que se amplíe a 35 años el cálculo de las pensiones. Vaya, o la comunicación en el seno del Gobierno no es lo fluida que debiera ser o nos encontramos con un nuevo episodio del Juego de Tronos sobre el que tan diestro es Sánchez a la hora de afilar sus cuchillos como lo demostró el Pablo Iglesias que construyó el acuerdo de Gobierno y que sigue en las sombras, esperando el momento, esperando, como indica el poema de Bécker sobre el arpa, “la mano de nieve que sepa arrancarla”. Porque su pretensión, más pronto que tarde, será volver.
Ya comenté en anteriores artículos que tengo el convencimiento de que todo este pasteleo consistente en tirarse las tartas a la cara como risueños niños en una fiesta de cumpleaños no es sino la escenificación de una serie de conflictos entre las formaciones del Gobierno por ver quién tiene el trono más grande de la izquierda y el derecho a dirigir desde él cualquiera de los delirios de una izquierda abocada a reinventar un mundo en el que sea tan necesaria como en el siglo XIX en plena industrialización. El final de esta batalla serán sin duda las urnas y sigo afirmando que estas llegarán, a más tardar, en primavera.
Pero hoy me he permitido el disgusto de echar la vista atrás, mirar de soslayo a ese primer Podemos que se presentaba a unas elecciones, las europeas de 2014, conocedor de que era la mejor estrategia por el sistema de votos y candidatura para visualizarse y conseguir representación. Y ya recordaba de entrada cómo en esas elecciones hacía alarde de defender no ya un Ingreso Mínimo Vital, no como éste que le están denegando a dos de cada tres personas que lo solicitan, sino una renta básica universal, para todos por el hecho de ser ciudadanos. Así, sin más, a bombo y platillo, ingreso que vendían, como no, esgrimiendo reformas en el IRPF para sufragarlo. Vamos, que como siempre, lo iban a pagar los que trabajan y más aportan. Aunque también iba a salir de la lucha contra la corrupción. Vemos los grandes logros conseguidos en este terreno, como abstenerse y criticar una proposición en la Junta de Andalucía presentada por Ciudadanos para precisamente acabar con esas prácticas.
Pero claro, en ese documento de propuestas en las elecciones europeas que más bien era una intención de declaraciones sobre sus objetivos nacionales, ya que prácticamente ninguna medida era aplicable a Europa, también hablaban no sólo de reducir la jornada a 35 horas, sino de rebajar la jubilación hasta los 60 años. Pues bien, llega septiembre de 2021, cogobernando, y el Ministro de Hacienda y Seguridad Social suelta aquello de que hay que aumentar la edad de jubilación de forma progresiva hasta los 75 años. PODEMOS no sólo se calla sino que, además, intenta encubrir su silencio auto implantándose la medallita de la ridícula subida del salario mínimo. Mientras son el resto de “valientes” socios del Gobierno los que saltan como hienas contra tal propósito. Se ve que ellos no han tocado poder ni lo esperan… ni lo quieren en esa misma Cámara. Se conforman con el poder de presionar y chantajear a un Gobierno débil y amoral.
Pero no deja de haber datos interesantes en esta curiosa comparativa de aquellos que querían, por aquellas fechas, por ejemplo, reducir el presupuesto de Defensa para dedicarlo a I+D. Bien, pues en los actuales presupuestos Defensa incluye un más que importante aumento presupuestario y a PODEMOS parece no importarle y guarda silencio. No es un tema importante, que de votos, así de pronto, o no entra dentro de la estrategia de adoctrinamiento social al que tienen sometidos a los ciudadanos.
De todas formas todos sabemos que al final se le ven las orejitas al lobo, y el lobo tiene los dientes más grandes de lo que es capaz de poder tragar… de un mordisco. Entre las iniciativas de esas elecciones la formación morada apostaba por la “recuperación del control público en los sectores estratégicos de la economía: telecomunicaciones, energía, alimentación, transporte, sanitario, farmacéutico y educativo”. Bueno, con respecto a lo de los transportes imaginamos que hablarían de un rescate sin sentido a una aerolínea venezolana a costa de las importantes inversiones que necesitan aerolíneas españolas. Pero llama la atención poderosamente lo de las telecomunicaciones, la energía o la alimentación, por no hablar del resto. Igual le resultaría mucho más sencillo a PODEMOS terminar de destruir nuestro sector energético con continuas trabas y exigencias mientras en Francia ante la amenaza de falta de suministro apuestan por la energía nuclear.
¿Podría ser esto parte de la estrategia, hundir sectores para hacerse con el control de los mismos, chantajear como los nacionalistas hacen al propio Gobierno para conseguir sus objetivos? ¿No es algo así lo que están pretendiendo con los colegios concertados a los que quieren retirar las ayudas dentro del marco del derecho igualitario a la educación para asfixiarlas, que tengan que cerrar y hacerse con su control?
Lo de la alimentación ya es que me da auténtico pánico siquiera pensarlo tras recordar a ese Maduro comiendo las mejores pitanzas en mesa de lujo mientras sus bolivarianos ciudadanos desfallecen a lo castrista en supermercados en los que faltan los más mínimos recursos, como faltan medicinas básicas en sus farmacias.
Lo cierto es que sobre este tema habría para una enciclopedia de artículos, pero no me quiero extender demasiado. Aunque no podría despedir este artículo sin mencionar otra de las medidas que los morados hacían en ese año 2014 en las elecciones europeas, en las que proponían la “limitación salarial y temporal (dos legislaturas) de los cargos públicos” y la eliminación de “instituciones duplicadas e innecesarias, como las diputaciones”. Hasta el momento parece ser que esta reforma no ha sido muy exigida. Más allá de eliminar instituciones duplicadas o apostar por la eliminación de instituciones como las diputaciones, algo que ya reivindicaba ese UPyD al que tildaban de fascista, como a todos los que no le bailen, han aplaudido su participación en un Gobierno con un número récord de ministerios, un récord en contratación de asesores y puestos a dedo y la defensa a uñas y dientes de sus cargos públicos condenados en firme. Dientes tiene el lobo, pero aún no ha conseguido trincar todo lo que le cabe en la boca y mucho menos en el vientre. Cuidado.
Mientras tanto muchos ciudadanos viven en la realidad virtual construida por este Gobierno 3.0 en el que aseguran que todas sus mentiras forman parte de su verdad y les creen… y capaces serán de seguirles creyendo cuando llegue el momento en el que se den cuenta de lo mucho que están pagando para lo poco que reciben y cuando descubran que lo de llegar a fin de mes es una nueva realidad virtual del poder llegar a mediados porque ni precios ni salarios van a dar para creérselo de verdad. Será de nuevo el momento en el que le echen la culpa a otros. Ya lo verán, forma parte de su guión, siempre lo ha sido.
Periodista, Máster en Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos por la Universidad de Granada, CAP por Universidad de Sevilla, Cursos de doctorado en Comunicación por la Universidad de Sevilla y Doctorando en Comunicación en la Universidad de Córdoba.
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