Xavi, Lucho es la referencia

Queridos amigos, nuevo espacio de deporte en Minuto Crucial. La gran noticia de la semana era la crónica de una vuelta anunciada. Xavi Hernández vuelve a casa para intentar sacar al Barcelona del gran agujero en el que se ha metido en este tiempo. Los culés ven al fin un halo de luz al final de un túnel con demasiadas zanjas. Anfield, Roma, Lisboa, Turín… Un carrusel de catástrofes en las que la directiva es sin duda una gran parte del problema… por dejarle todo el poder a un vestuario encabezado por el empresario Piqué, que ha causado a sus anchas entre el fútbol, la Davis, el Mundial de globos y otras parafernalias.

Xavi Hernández viene con una idea muy clara. Exigencia, trabajo, constancia y un compromiso total con el club, dejando todo lo demás a un lado. Normas estrictas, multas, sacrificio y la intención de recuperar el mando de un vestuario en manos de los jugadores. Ya ha hecho que Piqué tenga que cancelar compromisos televisivos, que ya es algo que nadie conseguía desde hace años. Pero no nos llevemos a engaño. Xavi no va a ganar todos los títulos en la primera temporada en el Barça. Esto es un proyecto a largo plazo.

Y estoy convencido de que, si miramos a entrenadores con mando en el vestuario, a todos se nos viene un nombre muy de moda: Luis Enrique. El seleccionador nacional será antipático, tendrá detractores y todo lo que queramos. Tomará decisiones sorprendentes, dejará fuera a jugadores titularisimos para el gran público y dará galones a chavales como Gavi o debutantes como Raúl de Tomás. Pero garantiza algo muy importante: sus equipos son lo que el quiere, y eso en el fútbol actual significa resultados.

Da la sensación de que si Lucho organiza una convocatoria con veintitrés benjamines, es capaz de ganar a Grecia en su casa que, si la monta con infantiles le gana a casi cualquier selección, y que si la monta con los jugadores que quiere, que es algo que aún no ha conseguido por las lesiones, gana todo o casi todo. Esa es la grandeza de un verdadero entrenador TOP, hacer que los equipos jueguen a su gusto.

Y es que Luis Enrique ha conseguido algo que necesita Xavi Hernández: que el ego que domine el vestuario sea el suyo. Da igual si no hay estrellas, si no tenemos a Mbappé, Haaland, Messi o Cristiano. Todo lo necesario es conseguir que los jugadores sean capaces de asumir que no mandan en el campo. Que solo tienen que jugar y que el entrenador sea su guía, su ejemplo y su escudo ante las críticas. Y eso es algo que ha faltado durante mucho tiempo en el Barcelona y que, por suerte, tenemos asumido en la selección.

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