Este pasado lunes, un eurodiputado procedente de Suecia, llamado Charlie Weimers, presentó una moción de resolución acorde con la continua invasión de inmigración ilegal que se vive en algunos países de Europa.
Dicha moción apela a la Comunidad Europea para lidiar una campaña en origen que les permita a los inmigrantes abandonar la idea de viajar de manera ilegal hacia países tan desbordados como España. El truco del almendruco no puede ser más sencillo. Se trata de imitar la exitosa y voraz fórmula aplicada por Australia, aquel país tan lejano e imposible de conocer si se pretende hacerlo de manera fraudulenta con sus propias leyes. El país que tiene como capital a ‘Canberra’ ha conseguido reducir la inmigración ilegal a poco menos que nada, avisando con mensajes cortos, claros y directos, de que arribar a sus fronteras de esta guisa supone perder toda oportunidad de conseguir trabajo y un porvenir en este país.
La Delegación de Vox en el Parlamento Europeo no ha podido dejar de unirse a la moción de este eurodiputado por varias razones que siempre defenderemos claramente porque son los motivos que nos hacen llegar todos aquellos que la viven en España. La inseguridad en la convivencia de los barrios, sin ir más lejos, supone que todos los días sucedan agresiones violentas de aquellos que ilegalmente vienen a aprovecharse de nuestros recursos, mientras tanto, los que financian y permiten estas situaciones viven tranquilamente en sus vecindarios de lujo con seguridad privada.
Otra razón, no menos inquietante, está en los traficantes de seres humanos, que operan desde mafias que se lucran a costa de servir de herramienta a los poderosos que los financian. Por último y la más mordaz de ellas, la inmigración ilegal es la que empobrece a los trabajadores al reducir los salarios de estos que, además, están más que acostumbrados a cumplir con todas sus obligaciones ante el fisco. Por todo ello, desincentivar a los futuros inmigrantes ilegales en origen es una acción social fundamental a la que Vox ha dado todo su apoyo por ser totalmente necesaria. En nuestra Agenda España hablamos sin complejos de qué clase de inmigración queremos. La única inmigración aceptable es la legal, aquella que llega adaptada a un mercado laboral español y a unas tradiciones que los acogen por saberlas respetar, no puede ser más sencillo.
Ayer mismo, Rubén Pulido publicaba un artículo sobre el gasto de Juanma Moreno en la Junta de Andalucía para tutelar inmigrantes ilegales menores de edad, los conocidos como MENAS. Este representante del Partido Popular ha empleado durante la presente legislatura sin acabar todavía, valga por ahí este apunte, la friolera suma de 47.000.000€. Solo en políticas de integración y acogida de inmigrantes ha liquidado un montante de dos millones de euros a la par que la natalidad española se ve reducida y no se vislumbra ningún porvenir que defienda a las familias españolas. Entonces, ¿quiénes son los que le están importando a Juanma? ¿Ellos o nosotros?
Parecía que el Partido Popular no podía caer tan bajo, pero esto únicamente lo parecía. Porque el caso de Juanma Moreno en Andalucía es común en toda España. Es en cada provincia y en cada ayuntamiento donde gobiernen lo populares donde las políticas llamadas de Integración, Igualdad y demás pijiprogrelanders se aplican con enlace directo a los presupuestos. Sí, a los que pagas tú con tus impuestos. Lees bien. Mientras que a cientos de familias españolas no llegan al mínimo acceso para poder conseguir una necesaria beca de comedor para sus pequeños, por poner un ejemplo.
Los españoles hemos pasado a un segundo plano para todos los partidos políticos que buscan hacer crecer sus futuros votantes a base de bocas subvencionadas. No contaban con la llegada de Vox y su fuerte subida en todas las encuestas, pero es lo que tiene no aceptar que se desestime el esfuerzo de España y su gente por salir adelante madrugando cada día. El único partido que lucha por tu bien es Vox porque un español no es cualquier cosa.
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