Jamones

Hoy habré de utilizar este delicioso y autóctono manjar, como un comodín-nexo o paralelismo para entrar en situación. Me refiero, lógicamente, a que como todo lo bueno, la escritura de cualquier índole debe tener un preámbulo, un calentamiento para que lo demás fluya, término ciertamente gastado ya que debería haber buscado otro más encajado con el nivel de estos artículos que es sin duda el nivel de sus participantes, con lo cual merece la pena esforzarse. Pero qué queréis que os diga. Los tiempos vienen muy pero que muy jodidos y no he podido dejar de asociar lo de preliminar y lo de fluir con el “yes werigüel” que no tiene enmienda.

Cuando Zapatero empezó a resucitar a las derechas e izquierdas, algunos (¿muchos? A saber) vimos venir nubarrones tormentosos, heridas sin cerrar del todo. Claro, que como son interiores, cualquiera sabe si es verdad. Pero ese rencor soterrado y avieso que no necesita ni motivo ni razón afloró. Misión cumplida. Ya nos miramos malamente, ya no sabemos si somos de aquí o de allá o de acullá. 

Paseamos los restos de Franco, el gran dictador, con desprecio y rechazo a la vez que vitoreamos a los dictadores vivos , coherencia pero al revés. Pero eso no era bastante ya que seguíamos distraídos en nuestro trabajo porque hay que alimentarse, vestirse y hasta algunas veces, divertirse. Así que los que nos quieren ver malamente, dan otra vuelta de tuerca aprovechando pues todo lo que ya sabemos y hemos comentado tantas veces tendente a un vaciado rápido de los bolsillos, con la consiguiente rogativa a quien se lo está gastando alegremente. El de ellos no, el nuestro. Y ahí seguimos, pobres de nosotros, pobres de espíritu y pobres de todo, que no conocíamos la pobreza con estos estándares de carencias.

Nos dicen que nos suben salarios y las pensiones. Nos hacen regalos de vez en cuando para el chupachups electoral, pero no nos cuentan porque permiten las subidas de todo lo que hace falta para vivir, no ya para divertirse, sino para nutrirse y defenderse. Ya nos tienen, ya estamos enfrentados, amargados, deshumanizados y sumamente entristecidos.

Leemos libros de autoayuda; yo valgo, yo puedo, nos repetimos de puertas adentro y a fuera tratando de aguantar el día a día, porque  mañana… chi lo sa. Pero de pronto, estas abnegadas y valientes personas, que nos han propiciado el que podamos alimentarnos durante la pandemia, han dicho  “Hasta aquí hemos llegado “ y con su herramienta de trabajo que no es otra que el camión, se han plantado y no se mueven hasta que no se les atienda por parte de quién tiene la llave de los tres cerrojos. Ole y ole por ellos. Os apoyo a ultranza. Ahora sí que estáis reafirmando vuestra valentía.

Pero amigos, los disgregantes e inoperantes miembros del gobierno “tensionador”, no solo no se reúnen con ellos, sino que les llaman fachas y además les irritan aún más reuniéndose con quien no brama , sino con con quien traga. Menos mal que estos leoninos guerreros de la carretera, les han dicho que no les manden más jamones, que los quieren con chorreras y a ser posible con cazoleta.Suerte a todos. Estamos necesitados de justicia. Estamos dispuestos a comer lo que pueda ser, en tanto no se atiendan vuestras justas reivindicaciones. Ojalá tanto sacrificio sirva para afianzar la democracia perdida y deshonrada.

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