Manual de técnicas de venta y control social

El negocio de la vacunación masiva frente al covid-19 se traslada al ámbito personal y privado. En Estados Unidos, la vacuna del covid, en el año 2023, se dejará de financiar argumentando la falta de fondos para adquirir los viales necesarios con el fin de prolongar indefinidamente las que se planteen de refuerzo. Las personas tendrán que costeársela a cal y canto. Esta situación que se dará en el continente americano no es descartable que pueda llegar a Europa con el paso del tiempo.

¡Objetivo conseguido por parte de las altas esferas! Han fabricado un virus letal e incontrolable, infectado a la población sensible y provocado la muerte de muchísimas personas -lo más débiles y quienes peores condiciones de salud tenían, dicho de otra manera, los que mayor gasto sanitario iban a generar a los sistemas de salud de los diferentes países de la Unión Europea.

Un virus que va mutando para dificultar la profilaxis. Aun así, han sido capaces de dar con la “vacuna” y ahora, con la necesidad creada en la mente de gran parte de la población, ya no la financiarán por falta de fondos, dejando a la ciudadanía “sin protección” a no ser que ellos se la puedan costear. Negocio muy redondo. Con el paso del tiempo, vamos a ver como utilizan este argumento para justificar futuros brotes, generar alarma social e inseguridad y, por supuesto, nuevas necesidades para seguir dependiendo del Estado protector, aquel que “por el bien de la mayoría” intentará arrebatarnos nuestros derechos fundamentales bien sea con un férreo control económico, con políticas intervencionistas o sanitario.

La dependencia psicológica del brebaje en cuestión es brutal, por lo menos así lo ha sido en España. Porque aquí no nos pagan para pensar, así que la mayor parte nos nutrimos de las noticias oficiales, porque, “sale en la tele” – dicen. O sea, que por un hecho en una televisión con los expertos que ellos han elegido para convencer a la población, omitiendo a otros que practican la disidencia se está bendecido con el manto incuestionable de la verdad absoluta, negando cualquier cuestionamiento ni duda al respecto, aunque sea una incongruencia. Y en caso de que alguien no se somete al “ministerio de la verdad”, la cuestión se zanja rápido con las agencias verificadoras de noticias expertas en desinformar y en omitir las informaciones que perjudican a los intereses de sus amos.

 Me sorprendió hace poco que una conocida agencia de noticias actuase en el papel de verificadora de contenido. Supongo que será para darle más caché, solvencia y glamour a la verificación pretendida, puesto que las primeras agencias con este cometido se encuentran demasiado desgastadas además de carecer de la credibilidad necesaria como para respaldar sus artículos. Como bien se dice en los manuales de técnicas de venta de productos, una vez creada la necesidad y también inventada la solución, dejan de cubrir los gastos de esta prevención…. huele fatal este asunto, negocio redondo.

Además del ahorro que supone la supresión de la inoculación masiva para las arcas de los Estados Unidos no debemos olvidar otros pequeños detalles.  Como son la responsabilidad y la lucha por la patente que se ha destapado hace pocas semanas. La responsabilidad de los daños ocasionados como consecuencia de la inyección del líquido experimental, en España, casi ni se menciona, puesto que asumieron los riesgos los propios gobiernos de las naciones. Por tanto, las posibles indemnizaciones también.

A pie de calle es frecuente escuchar a afectados reconociendo secuelas que incluso los médicos les refieren que es así, “desde que me inocularon no tengo sensibilidad, o me quedé paralizada de un lado por un tiempo, tuve un trombo o arritmia” … son algunas de las frases que he escuchado desde que comenzaron las inoculaciones de esta terapia génica a la que llaman vacuna. Eso sí, el lado positivo que tienen todas estas personas está en que, con suerte, han sobrevivido al pinchazo, claro. En cuanto a la guerra por la patente, debemos de contemplar que se ha vuelto un gran negocio. Toda una maniobra de distracción con la que se disputan la fórmula y los beneficios que va a reportar la privatización de los tratamientos y, por tanto, ¿también se privatiza la responsabilidad?

Este asunto es interesante, puesto que aquí, en España, en teoría, se informaba al individuo cobaya de que era un tratamiento experimental y se desconocían las consecuencias que podía tener, de que eras libre de elegir si te pinchabas o no. Y si te resistías a la inoculación, la presión ejercida desde las instituciones contra los insumisos era muy fuerte; se impedía desde desplazarse o viajar, se acabó condenando al ostracismo social. Incluso en algunos casos amenazando con despidos laborales. He de recordar además que hubo un tiempo en el que se apuntaba hasta el número de lote de experimento, aunque eso no duró mucho tiempo, al final no se sabía si era placebo o te había tocado la dosis experimental. También, meses atrás el frío o calor que resistían aquellas vacunas. Todo muy surrealista. ¿Realmente confías o Cuestionas? Tú decides.

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