¿Con papá PP o mamá PSOE?

En realidad, aunque el niño decidiera si quedarse con papá o mamá, sería prácticamente lo mismo con algunos matices. Me explico, desde la muerte de Franco, donde deja establecido que Juan Carlos reine en España, las cosas se suceden de la siguiente forma, la necesidad de pasar de una “dictadura” a una “monarquía parlamentaria”, se agudiza y el tiempo corre, Adolfo Suárez, exfalangista, será el encargado de la Transición que obligatoriamente se hará sin sangre puesto que la Masonería así lo exige. Para ello es necesario legalizar al partido comunista, dejando que vuelva el cerebro ejecutor de Paracuellos del Jarama, es decir Santiago Carrillo.

Con todas las piezas en el tablero, ahora si, en una Logia se empieza a redactar la Constitución Española del 78. No es tarea fácil puesto que hay provincias muy díscolas que insisten en dejar de pertenecer al Reino de España. Pero también se les calla la boca diciendo que son “comunidades históricas” como si los demás territorios hubieran nacido de un castaño. Así se les contenta de momento.

El criminal partido socialista que ya dio muestras de provocar sin tapujos una guerra civil, va tomando cuerpo y afianzando posiciones. Mientras tanto Alianza Popular se transforma hasta terminar siendo el PP que todos conocemos y Suárez consigue que los españoles votemos con esa ingenua sensación de abrazar por fin la tan ansiada democracia de la que ya disfrutan otros países europeos. Bien es cierto, que Adolfo Suárez ostenta el poder hasta que sus propios amigos lo dejan tirado y es aquí cuando comienza una alternancia en el gobierno del PSOE y PP.

Calvo Sotelo pasa sin pena ni gloria por la presidencia, dejando el cargo al socialista más mediático. Felipe González se nos presenta, pana incluida, como ese aire fresco, progresista, enarbolando un discurso social del bla, bla, bla y consigue que le votemos, si yo voté al PSOE hasta que la corrupción les salía ya por las orejas.  A González le sucede Aznar y parece que el PP nos va a traer prosperidad y prestigio, lo que nos vuelve a situar en el mapa internacional y hasta parece que los EE. UU. cuentan con nosotros, aunque sea para la guerra.

Como la alegría dura poco en la casa del pobre, pronto descubrimos que son los mismos perros, pero con diferentes collares, no obstante, el tiempo de bonanza económica nos ciega y que siga la fiesta. Todavía, nos faltaba el trago más amargo el atentado del 11M que se lleva por delante la vida de 193 personas y nos deja en shock.

Tras la brutalidad, llega la mayor desgracia para España en democracia, un sujeto llamado Rodríguez Zapatero del que no habíamos oído hablar. Pisando los recientes cadáveres aún con las imágenes en nuestras retinas, se hace con el poder y empieza una etapa muy oscura promulgando leyes que nos dejan anonadados y manejando la economía de forma nefasta, hasta dejarnos de nuevo en bancarrota. Para no hacerlo largo, a este ser ruin y malicioso le sucede Rajoy, un huevo sin sal, un burócrata que deja intactas las leyes aberrantes de su antecesor y que además las aplaude.

Aún sorprendidos de que todo siga igual, evidentemente, igual de mal, nos faltaba la guinda del pastel, un tal Pedro Sánchez con graves trastornos, un pelele de la élite globalista que por fin sale de la oscuridad y nos da un bofetón de realidad, sentándonos de golpe en el suelo de la gran mentira que es esta mal llamada democracia, prostituida por unos y por otros. Pero aún hay más, en este pasteleo constante, PSOE y PP son exactamente lo mismo, una pesadilla de la que nos gustaría despertar, aunque me temo que va para largo.

Resumiendo, que da igual papá o mamá porque ya ni sabemos si es ese su sexo o si papá es una nena y mamá un travestido. Pero tranquilos, no pasa nada porque hay fútbol y cerveza y festivales, pan y circo España se desangra sin que por el momento haya solución posible a tanto desaguisado. Quizás nos quede el premio de consolación, VOX podría ser la tabla de salvación frente a un bipartidismo totalmente corrupto. Aunque si te engañan una vez la culpa es de quien te engaña, si te engañan una segunda vez, la culpa es tuya.

Nadie vendrá a salvarnos, estamos solos frente a un mundo hostil y cruel, las democracias occidentales se autodestruyen en aras de un gobierno mundial, que pretende hacer musulmana a la maltrecha Europa. La pregunta es ¿vamos a consentirlo? Espero que no, pero a mi esperanza cada vez le van quedando menos puntos y confiar en que la gente se movilice es ser un poquito ingenuo, cuando ni siquiera han comprendido las reglas del juego. No obstante, rendirse no es una opción si hay que perecer que sea luchando y de pie, no queda otra, hermano.

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