Marchando una ración de resiliencia

Normalmente, en Minuto Crucial trato de cuestiones relacionadas con la política, pero la dirección de este medio me ha permitido abrir la mirada hacia otros temas que considero relevantes, aunque nada está del todo alejado de la política. La resiliencia, capacidad que necesitamos para levantarnos ante la adversidad. También sirve para tener la fortaleza que sirva para combatir los embates que se nos presenten en la vida.

La precaria situación económica, política y social en la que nos ha metido el Gobierno de Coalición liderado por el presidente, Pedro Sánchez, exige a todas las familias españolas un esfuerzo extraordinario y una “resiliencia” que les permita sobreponerse a las subidas constantes de los suministros, especialmente, los relacionados con la luz y los hidrocarburos. En el caso del desempleo, exige también superar las subidas constantes de impuestos y, por ende, a la pérdida de poder adquisitivo.

Sí, vivimos en tiempos convulsos. Después de una pandemia que ha dejado atrás miles de muertos y a familias consternadas, que ha arrasado un importante número de empresas y a los mismos autónomos, necesitamos ser resilientes. Sé que es difícil, más cuando tenemos el viento en contra a la vez que nada nos acompaña. Sin embargo, se hace imprescindible levantar la mirada y ver un poco más allá. Tenemos que planificar retos a corto-medio plazo que nos den pequeñas alegrías en las que apoyarnos.

Cada día me encuentro dentro de mi profesión a multitud de gente, mucha de ella empresaria y autónoma que se encuentran sin vitalidad. Unos y otros comparten el sentimiento de desánimo y desilusión. Sus empresas no despegan, las cargas fiscales -entre otras- lastran su crecimiento y en multitud de ocasiones, la situación personal no acompaña. Pero también encuentro a personas que se quedan sin empleo y que no pierden la esperanza. Ellos mismos se compran una moto o bicicleta y se ganan la vida como riders o, por el contrario, el dinero lo invierten en un furgón que este servirá para que saquen a sus familias adelante trabajando de manera autónoma.

Hace no mucho, un amigo me preguntaba –hablando al respecto de un puesto en una empresa, para el que postulé y que he ganado- que si creía en la Ley de la atracción. Mi respuesta fue decir que sí, que hace años leí el libro ‘El Secreto’ y que en él hay algunos postulados que me parecen interesantes. Entre las cosas que se dicen está la de que, si piensas y crees en algo, te enfocas en ese objetivo, como una antena parabólica que es dirigida hacia el satélite adecuado, recibes esa señal. Sin embargo, creo mucho más en tomar acción para conseguir nuestras metas, sobre todo cuando pones empeño sobre ello en vez de enfocarte sin hacer nada a esperar que esto ocurra.

Después de una gran caída, sé que no es para nada fácil, debemos incorporarnos. Es importante que poco a poco nos vayamos levantando con la intención de buscar la fuerza y la motivación para salir adelante. No podemos permitir que la apatía o el miedo puedan con nosotros. La diferencia de todo se encuentra en la actitud ante la vida. Quizás sea más fácil esperar a ver qué ocurre o tal vez quedarse sentado viendo como la caja tonta acaba de amargarnos la existencia mediante noticias tristes y desoladoras. Sin embargo, lo más útil es lograr levantarse tras remangarse y luchar, porque nadie va a sacarnos las castañas del fuego, nadie resolverá nuestros problemas.

Amigos, pongamos una ración extra de resiliencia. Un plus de ilusión, de ganas y de entereza. Abordemos la vida con optimismo. Quizás, para los agnósticos no sea la solución, no obstante, esto nos prepara y alienta para seguir mirando al frente a pesar de las adversidades que se nos pongan en el camino. Esa señal nos guiará hacia lo correcto.

Benjamín Brito