El fútbol siempre nos puede deparar sorpresas. Siempre hay un margen para que un club modesto se crezca y logre hazañas que únicamente los grandes presupuestos pueden alcanzar. Esto ha ocurrido con el Loughgall F.C., un equipo de Irlanda del Norte cuyo nombre es el mismo que el del propio pueblo al que representa. Hace escasos días, este equipo consiguió el ascenso a la máxima categoría. Como anécdota, el pueblo al que representa cuenta tan solo con 282 habitantes.
El Loughgall F.C. representa los valores de antaño, en los que el nombre de la localidad resultaba indiferente, en el que la calidad iba por encima de todo. Este club es la segunda vez que asciende a esta categoría. Ya lo consiguió en el año 2010, pero no pudo lograr la permanencia. ¡Que le quiten lo bailado! Estoy convencido que esta vez pueden luchar por mantenerse en la máxima categoría de la liga de Irlanda del Norte. Confío en ello.
A base de mantener su filosofía en la que prima, la cantera, el trabajo y la dedicación, el club busca sobrevivir a los tiempos del fútbol moderno, ese en donde el dinero manda y ahoga a los modestos. Un pueblo que logra ilusionar a sus 282 merece un premio a la gesta del año. El fútbol de los humildes tiene ese encanto. En la temporada 2021/2022, en España tuvimos un caso parecido con la Sociedad Deportiva Amorebieta, equipo situado en la provincia de Vizcaya y que acabó disputando por primera vez la Liga SmartBank.
Si este acontecimiento nos parecía increíble, en el que una población que cuenta con menos de 20.000 habitantes dispute la segunda categoría de nuestro país, lo del Loughgall F.C., es incluso más meritorio. Por cierto, el Amorebieta, que en la actualidad está en primera posición de su grupo en la 1ªRFEF, -empatado con el Eldense, puede este mismo año retornar a la Liga SmartBank y por la puerta grande. ¡Ojalá que lo consiga!
Volviendo a Irlanda del Norte, el Loughgall, cuenta con simpatizantes en nuestro país, ya que, en Altea, una localidad de Alicante cuenta con un club de fans. Increíble… pero cierto. Esta ubicación alicantina cuenta con más de 23.000 habitantes, casi los mismos sumando los que podemos encontrar en Amorebieta y Loughgall.
Noticias de esta índole me hacen seguir creyendo en el fútbol modesto. Equipos como el Loughgall motivan a pensar que el dinero no lo es todo y que los valores pueden premiar con ascensos, incluso con títulos, ¡Quién sabe!
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