
Tras la ronda de consultas de su Majestad el Rey Don Felipe VI con las distintas fuerzas políticas, el monarca ha designado a Pedro Sánchez como candidato a la investidura. Después de que el líder popular Alberto Núñez Feijóo fracasara en su intento de gobernanza la semana pasada. Francina Armengol presidenta de la Cámara baja, anunciaba este pasado martes que esta vez el candidato sería Sánchez basándose en el apartado 2 del artículo 99 que, al igual que con el primer candidato, “Se expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara”.
Seguidamente, el presidente del Gobierno en funciones realizó unas declaraciones en el Palacio de La Moncloa no exentas de crítica, puesto que no va a reunirse con todas las formaciones. Ha despreciado y excluido a Vox en su ronda de consultas, debido a que, bajo su punto de vista, se trata de un partido no constitucionalista. El presidente de Vox, Santiago Abascal a través de las redes sociales quiso responderle indicándole que “no se reúne con Vox, porque Vox jamás se sentaría con él”.
El PSOE todavía no tiene una fecha concreta para la realización del debate de investidura dado que aún no están claro los apoyos que podrían mantenerse al lado de Sánchez para poder así ser elegido nuevamente como presidente del Gobierno. No obstante, la demora no puede extenderse en el tiempo, ya que hay un plazo de 55 días, para convocar nuevas elecciones si no lo consigue. Basicamente dispone hasta el 26 de noviembre. Sánchez aceptaba con ilusión el encargo de SM el Rey como nuevo candidato anunciando que trabajará rápidamente para formar una coalición entre PSOE Y Sumar para dar estabilidad al país, todo ello basado en políticas de convivencia y dentro del marco Constitucional… siempre avanzando y no retrocediendo.
El avance del que tanto alardea nuestro actual Presidente del Gobierno en funciones es una falacia, una quimera producto de su imaginación, un engaño encubierto de cambios de opinión. Cuando la única verdad es que quiere pactar con los independentistas. Pedro Sánchez evita la palabra amnistía prometiendo actos de “generosidad” y “política” para superar el “problema” catalán cruzando las líneas rojas del Tribunal Construccional intentando desarmar el Estado de Derecho pasando por encima de la Constitución con el fin de “reeditar” su Gobierno progresista junto a ERC y Junts. Y el que será el último golpe, traer a Puigdemont de vuelta a España, pero no para rendir cuentas ante la Justicia Española, sino burlando dicha justicia, vendiendo a España a sus enemigos y dispuesto a todo con tal de seguir en el poder sin importarle el precio a pagar.
La ronda de contactos comenzará con la líder de Sumar, Yolanda Díaz. La reunión no será en el metaverso ni en un cohete, ya que se realizará en el Congreso de los Diputados, algo que ha recalcado el líder del PSOE. Posteriormente, se reunirá por primera vez con Bildu, ya que necesita el apoyo de los siete diputados de la formación para que todo vaya encaminado a su reelección. El PNV, por su parte, no desvela aún su posible apoyo, tal y como han declarado su presidente Andoni Ortuzar y el lehendakari Iñigo Urkullu. Por el momento, Sánchez cuenta con 121 escaños a su favor, los de su partido. Pero necesita los 31 escaños de Sumar, 7 de ERC, 6 de Bildu, 5 de PNV, 1 de BNG y, por lo menos, 5 de Junts. Si finalmente no consigue ese consenso para llegar a la mayoría absoluta de 176 votos a favor, el actual presidente del Gobierno tendría que intentar conseguir en segunda ronda una mayoría simple. De no conseguirla, se procedería a disolver las Cortes y se convocarían elecciones. Si todo acabara en dicho escenario se celebrarían el 14 de enero de 2024.
Debemos estar preparados para todo lo que pueda suceder, porque lo que está claro es que Sánchez quiere gobernar… y si para ello tiene que provocar un tsunami no tendrá ningún miramiento en ejecutar su macabro plan, donde va a arrasar con todo. Ahora lo único que nos queda es salir a las calles mostrar nuestra disconformidad ante tal despropósito y aplicarnos el artículo 30 de la Carta Magna “Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España”. Porque o luchamos juntos ahora… o sálvese quien pueda.

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