La rata o yo

Aquí estoy, frente a una rata, no se asusten; esta sólo tiene cuatro patas y no dos como la mayoría de los políticos. Se pasea con total descaro por mi casa, sabe que no puedo hacerle nada, está protegida por la última ley liberticida salida de mentes trastornadas y aprobada por títeres mucho más locos que los anteriores. Una total astracanada que nos cuesta, a nosotros los cuerdos comprender. 

Ella se para y me mira desafiante como diciéndome “mátame y te la cargas”, pérfida humana; que eres tan necia que haces caso a leyes totalmente estúpidas y así os va. En clave de humor, que es lo único que nos han dejado, estos gobiernos de delincuentes habituales, empiezo este artículo en un mundo que ya no reconozco. 

Si la Ley del “Si es sí“ es lo más escandaloso y cínico que nos hemos echado a la cara, la ley para los animalitos sacada de la única neurona sana de la ministra ya es para cortar el rabo, las dos orejas y si te da tiempo, vuelta al ruedo. Resulta que hemos elevado al animal de compañía a la categoría de ser humano y debemos cuidarlo más que a un hijo. Siendo optimistas, igual la gente vuelve a tener niños, que multan menos, incluso te ayudan a deshacerte de él llegado el momento. 

Cuando un socialista o comunista se pone a legislar, sabes de antemano que va a jorobar a las personas con menos recursos. No falla nunca, ya que solo que ellos te lo venden como, “vamos a crujir a los ricos” y el ganado aplaude entusiasmado hasta que se dan cuenta del engaño. 

Los animales de compañía, principalmente, los perros, son la única alegría de millones de ancianos y su motivo para seguir viviendo, con esta Ley infame, cualquier persona mayor que deje su perrito en la calle porque quizás se esté haciendo pipí, podrá ser multado o encarcelado. Otro esperpento de los comunistas cuyo único fin es desposeer al individuo de aquello que lo hace feliz. Estamos caminando en arenas movedizas y en lugar de encontrar apoyos para salir, un grupo de criminales nos hunden más y más en el fango. La sensación es que nos han sacado de nuestros hogares y nos han llevado a una especie de manicomio donde el más cuerdo es el perro policía. 

No tenemos tiempo de digerir nada, andamos cabreados todo el día con la camisa de fuerza que nos pone el gobierno y encima la Fuerzas del Orden, haciendo vídeos para nosotros los “indeseables” que no sabemos tratar a nuestras mascotas, en lugar de perseguir delitos como violaciones o asesinatos ahora se dedicarán a la caza del ciudadano con mascota. Mientras tanto, en una realidad distinta, esta sociedad sociópata permite matar a criaturas y a ancianos bajo la excusa del cambio climático y de que sobramos millones y bla, bla, bla, lo más fácil es ir a por el débil, porque no se puede defender. 

“¿Has terminado de hablar sola humana? Porque tengo hambre y ya sabes, si llamo a mis compañeras ratas te ocupamos la casa y ya verás como nos tiras”. La miro, a mi rata y, por unos momentos, deseo estar en su lugar: mejor que una cucaracha y por encima de gusanos y grillos que sí pueden ser sacrificados. Luego recuerdo que las barbaridades cometidas por algunos humanos sencillamente son intolerables. Entonces, cojo la escoba y procedo. Si tienen lo que hay que tener que vengan y me multen, pero, hoy por hoy, en mi casa mando yo… y no una rata peluda. 

¡Informado al minuto!

¡Síguenos en nuestro canal de Telegram para estar al tanto de todos nuestros contenidos!

https://t.me/MinutoCrucial

1 Comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*