La Iglesia actual dista mucho de la vida y obras de Jesús de Nazaret, que estaba con el humilde y no junto al poderoso. Han hecho perder la FE con mayúsculas. Esa ayuda o bálsamo espiritual no existe, sólo se cobran misas y que se dicen en común por vivos y muertos y no por una petición individual. Los psicólogos sustituimos al confesor pero hay situaciones que se nos escapan y es donde debería entrar esa ayuda espiritual que ha desaparecido. Recuerdo cuando atendí a una víctima del accidente ferroviario del Alvia, la única terapia que le ayudó a vencer la fobia y el miedo a cruzar de Santiago a Orense, fue una estampa del Sagrado Corazón que le había dado su abuela.
Soy psicólogo, creo en Dios, en el silencio de una iglesia para orar en soledad y fundamentalmente en el ser humano. Por ello no puedo creer en una iglesia inhumana que está con el poderoso y no con el humilde. Loable la labor de Cáritas y las hermanas de la caridad. Hace poco he conocido varios casos, no uno solamente, de quien pidió ayuda al sacerdote de una bendición y les dijo que no existían, todas las oraciones eran iguales. Entonces nos preguntamos si tampoco existen los sacramentos. Vale más decir te amo consciente de ello y no mentir ante Dios y un sacerdote. Me ha producido sarcasmo, oír hablar en su homilía, a un sacerdote, que Dios expulsaba a los demonios y que el demonio o Satanás tentó a Dios y luego decir que el demonio no existe una vez terminó la homilía.
Es evidente que hay personas que practican espiritismo y ritos satánicos y rituales en cementerios. No es necesario hablar de Iker Jiménez y Cuarto Milenio para saber que hay fuerzas extrañas y hechos que suceden en algunas casas y no son películas de terror. Hay situaciones que se le escapan al psicólogo. DEJEMOS A DIOS LO QUE ES DE DIOS Y LOS CREYENTES Y AL PSICÓLOGO LO QUE ES DEL PSICÓLOGO.
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