No se imaginó en 1516 Luigi Marliano, consejero del entonces futuro Carlos I de España, que el lema que le aconsejó adoptar tendría tan largo recorrido. Desde su ascenso al trono imperial, esta máxima ha figurado casi siempre en los escudos oficiales como símbolo de superación por España de las barreras establecidas. No en vano fuimos la nación que rebasó los límites del mundo conocido llegando más allá (plus ultra) de las columnas de Hércules, también presentes en nuestro escudo.
Pero quienes verdaderamente han hecho suyo hoy el “plus ultra” y han rebasado todos los límites imaginables de la indecencia, la zafiedad, el embuste y la bajeza han sido los partidos que ahora están gobernando en España, que no sólo son los que componen el gobierno, claro. Esta Constitución se les queda pequeña al sanchismo y a sus adláteres y están constantemente explorando los límites con la misma insistencia con la que nuestros hijos exploran los nuestros desde que nacen. Y dan constantemente pruebas de quererlos echar abajo.
Las columnas sobre las que se asienta la democracia están a punto de ser derribadas una por una en España. La primera, la independencia judicial y lo hacen desde varios frentes. Por ejemplo, nombrando a una ministra como Fiscal General (“¿de quién depende la Fiscalía?”). Lo siguiente está siendo maniobrar para que el Consejo General de Poder Judicial dependa en exclusiva de la mayoría de Gobierno. Y lo harán con una reforma que va en contra, expresamente, de las recomendaciones de Bruselas para despolitizar la Justicia. Por cierto, contra esta maniobra se han pronunciado 2.500 jueces de 3 de las 4 asociaciones profesionales de jueces que hay en España. A los únicos a los que les debe parecer bien el derribo de ese pilar fundamental es a los autodenominados “Jueces para la Democracia”, cuyo nombre deberían cambiar ya por el de “Jueces para la Revolución Bolivariana” porque ya no les es necesario seguir fingiendo lo que no son. Y sobre estos personajes, uno de cuyos miembros es el Juez que ha dictado la sentencia en Madrid sobre la exclusión de las listas electorales del PP de Cantó y Conde, será necesario un día escribir un monográfico.
Otro de los pilares es el de los medios de comunicación. Aquí no podremos decir que nos engañaron: hay imágenes de Iglesias diciendo que la mera existencia de medios privados es un atentado contra la democracia y de que a él lo que le gustaría es dirigir una televisión. Debe ser por eso que sus ataques son constantes a los que no les son afines, que son pocos porque los otros están “dopados” con publicidad institucional y subvenciones. Eso se ve perfectamente en el último video electoral de Podemos en el que sólo aparecen periodistas de los que no les caen bien. O sea, no aparecen sus amigos, que día sí y día también, hacen campaña a favor de Podemos y el PSOE desde medios públicos o privados.
Sobre esto, también nos han dado un toque de advertencia desde el exterior, en concreto desde Estados Unidos. O sea, tenemos a nuestros principales aliados comerciales y militares de Occidente mirándonos cada vez con mayor intranquilidad. Justo lo que necesitábamos para nuestra recuperación...
Y para guinda del pastel, el “Plus Ultra”, el de ahora, el de Ábalos. Si ya mangonean con la Judicatura y con la información, pues queda la otra pata de cualquier gobierno liberticida: el dinero. Una vez puestos a buen recaudo a quien tiene que denunciar tus irregularidades y a quienes tienen que juzgarte, eres libre de manipular lo que sea porque ya se han derribado los límites. Ya no hay peligro para ellos.
Ahora nada impide en España que se entreguen 53 millones de euros a una empresa que está en pérdidas desde que nació, cuyos accionistas son venezolanos en su mayor parte, que representa un 0,3 % de los vuelos de España y que estuvo a punto de venderse por 2 MM. de euros. Estos son los que claman contra el rescate de “los bancos” (o sea, de sus clientes). En una democracia europea normal, ahora mismo el Fiscal General habría ya encausado al ministro Ábalos y a todo el Gobierno que autorizó en Consejo de Ministros ese robo. Pero claro, hablamos de un partido que autorizó en Consejo de Ministros el robo del oro del Banco de España en 1936. Esto de ahora es para ellos una minucia.
Esto está rompiendo todos los límites que tiene una democracia para ser considerada como tal. Con Sánchez en el castillo de popa, Iglesias al timón y los nacionalistas agujereando el barco desde dentro ante el aplauso general, el hundimiento de la credibilidad nos hará salir de la prestigiosa lista de democracias plenas del mundo antes de que acabe esta legislatura. Y eso será vendido como un triunfo de la Revolución Republicana por parte de la izquierda antisistema en el poder.
Y efectivamente lo será. Ningún país “revolucionario” de los suyos está en esa lista. Nosotros iremos con ellos camino del hundimiento.
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