Menos nombres y más coj’nes

Estamos a escasos días de finalizar el verano. Con el fin del periodo estival, llegan las novedades y nuevas incorporaciones en los medios de comunicación. Prensa, radio y televisión buscan mantener a un público exigente, al mismo tiempo que pretenden ampliar su audiencia ganando gente nueva, todo con la intención de aumentar su popularidad.Ya sabemos que, a más lectores, más oyentes y más share, crecen los ingresos y se robustece el presupuesto. Las estrategias de ciertos medios de comunicación, más siendo privados, son respetables, desde luego. Pero algunas, en mi opinión, van en detrimento del consumidor. He aquí el motivo de este artículo, puesto que me debo a ellos y a nadie más.

Esta semana he visto “fichajes” en medios de distintas corrientes ideológicas que me causan entre risa e indignación. Se avecina falta de calidad tanto en unos como en otros por ir incorporando cantidad de ‘nombres’ o enchufados y en los que la calidad en las plataformas audiovisuales, lejos de mejorar, empeora por la ausencia o falta de talento dentro de las parrillas. Estoy seguro de que, con el transcurso de los días, quien lea mis impresiones acabará dándome la razón. Lo digo sin acritud ni chulería. También pienso que muchos de los que me lean pensarán exactamente lo mismo pero no tienen una plataforma en la que plasmarlo. Ser críticos por el bien del periodismo y sus consumidores lo considero esencial.

Bajo mi punto de vista, más de un iluminado se cree que, por incorporar a uno u otro que ha pertenecido a medios de primera línea, obtendrá el elixir de conseguir el público infinito. Señores directivos: los nombres grandes, aquellos que han pasado o pasarán a la posteridad, la inmensa mayoría de ellos, están jubilados, fallecidos o a escasos años de colgar micros, cascos, plumas y demás accesorios relacionados con el mundo audiovisual. En la actualidad, insisto, salvo casos contados, los que se incorporen o mantengan, unos tendrán su pedigrí, pero más que por mérito propio por demérito ajeno o, lo que es lo mismo, por la ausencia de personas con garra, carisma y autenticidad dentro de la profesión. Otros, sin embargo, se hicieron o harán nombres siendo unos enchufados, aunque esto obviamente no es algo novedoso ya que ocurre desde que el mundo es mundo.

La solución para atraer a más gente a nuestros proyectos no consiste en meter a cualquier ‘nombre’ para poder ganar repercusión, sino en contar con profesionales talentosos que defiendan los intereses de los españoles por encima de sus jefes o de los patrocinadores de estos, personas auténticamente independientes que tengan los cojones de manifestar abiertamente algo que vaya en contra del partido político con el que suelen simpatizar. Esos son los que valen. Todos los demás, con nombres o sin ellos, serán meras marionetas que nunca mirarán por quien los escucha, oye o lee.

En los medios de comunicación abundan enchufados y pelotas mediocres cuya única finalidad crecer con malas artes gracias a la oportunidad que les dé un determinado medio. Esos podrán ascender, pero nunca convencerán al público al que deben llegar, por esa falta de autenticidad. ¿Cuántos ‘nombres’ hay dentro de los medios de primera línea que ascendieron por ser unos pelotillas? Se me viene a la mente uno que es primera línea de una radio de la Conferencia Episcopal, que pretendía que todo aquel que no se inoculara de la ‘poción mágica’, en caso de acudir al hospital, pagase los gastos de la atención médica. ¿Ese os creéis que manifestó lo que manifestó por convicción propia o porque desde arriba alguien se lo exigió? Personajes como el susodicho ascienden por ser marionetas y no por “destacar” periodísticamente hablando. La hemeroteca y sus conciencias futuras los castigarán, de eso no me cabe la menor duda.

Tampoco creo que beneficien al periodismo aquellos que pretenden imitar a terceros en gestos y formas, ni tan siquiera los que buscan la primera línea tras criticar a un periodista de la competencia. Qué decir también de los supuestos profesionales que acaban siendo contratados en televisión por tener tablas, pero luego resulta que delante de las cámaras se bloquean constantemente como amateurs, cuando se supone que a estos se les paga por tener un saber estar, memorizar un trabajo, implicarse en la noticia y por apenas errar. No soy perfecto aunque sí perfeccionista. Reconozco que todo el mundo puede tener un mal día pero, si esto sucede habitualmente, el mayor damnificado no será el profesional de turno sino el que lee, oye u observa un determinado contenido audiovisual. Menos nombres, menos enchufados y más personas con garra y contundencia dentro de los medios de comunicación.

En definitiva, señores directores, presidentes y demás cargos importantes de medios: dejaos de chorradas de meter ‘nombres’ y pensad más en incorporar a profesionales con carisma, desparpajo, perfeccionistas con ganas de trasmitir al prójimo todo lo que suceda en España y el mundo con pelos y señales. Además, digo yo que mejor será construir un nombre desde abajo que se lo va labrando con trabajo y constancia que tirar de enchufados o viejas glorias para que un proyecto vaya para arriba. Las personas que nos siguen a unos y otros merecen que, dentro de las plantillas, haya profesionales competentes, que no competitivos, y también honestos que hagan del periodismo lo que se supone que es: una de las profesiones más bonitas del mundo.

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3 Comments

  1. Me han insultado,amenazado y denunciado por mis ideas. Garra no es precisamente lo que me falta. Y no soy enchufada de nadie

    • Comentando lo que comentas, me da la sensación de que no te has leído todo el artículo. El título y poco más. La crítica trata contra los medios que buscan su ascenso y meten a «viejas glorias», «pelotas» y «enchufados» en sus plantillas. Sitios que, teoricamente, tienen un presupuesto para profesionalizar su proyecto y en vez de meter gente con garra, profesionales que digan las cosas por su nombre y demás, meten a sus amigos. Salvo que vivas de lo que escribes… me da que no tienes motivo alguno como para darte por aludida. Insisto, me da la sensación de que 1) O no te has leído el artículo íntegramente 2) Habré redactado en chino mandarín y, quizas por eso, no hayas entendido ni el continente ni el contenido.

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