Agencia de espectáculos PSOE S.L.

Vivimos en la época de los eslóganes, todo detrás de ellos es vacuidad. Tengo la repetida sensación de tener a los mandos del país a publicistas del Teletienda, cada día es un anuncio nuevo con eslogan asambleario en mayúsculas y negrita, pero humo detrás. Tras el «salimos más fuertes», el «hemos ganado al virus» y «la nueva normalidad», llega (sujétame el cubata) el «hay que arrimar el hombro», pero la pregunta es ¿Arrimarlo para qué?, me recuerda a los carteles que ponían en clase de preescolar.

Decir que hemos salido más fuertes es una broma con un desplome del PIB del 18,5%, no hemos vencido nada y por supuesto la nueva normalidad es un oxímoron, si es nueva no es normal y si es normal no es nueva… Además de que no me gusta nada y lo último que quiero es normalizar esta ordinariez convertida en pesadilla Orwelliana, pero seguimos… Que ahora estamos «arrimando el hombro». Las homilías con pantallas gigantes, luces y lo más granado del Ibex están bien como puesta en escena, pero falta el plan, ¿Cuál es el proyecto al cual hay que arrimar el hombro? Porque arrimar pa’na es tontería, y no nos cuentan que hay que apoyar… Básicamente porque tampoco lo saben. Yo sólo he visto un espectáculo desde hace 10 meses de teatro y escaparate, maniquíes, luces, carteles, y merchandising, poco más.

Mucho postureo y ninguna sustancia, pero no nos engañemos, fue lo que se eligió, postureo y consignas, tenemos un gobierno Instagramer dirigiendo un país en la crisis económica, sanitaria y social más grave desde que finalizó la guerra Civil, cada vez que lo pienso me tiemblan las piernas y me da la risa floja. Han tocado a rebato en Moncloa y toda la maquinaria se ha puesto en marcha, el nuevo lema de Iván Redondo es la unidad, hay que apoyar los Presupuestos Generales a como dé lugar, un amén a lo que diga «su persona» sin rechistar, aunque no haya presentado ni un post it, un «hágase su voluntad, amado líder», a modo de mafia siciliana, como aquel Marlon Brando en El Padrino y su «le haré una oferta que no podrá rechazar», que traído a la política española actual viene a ser un trágala, o me apoyas, o todas mis terminales mediáticas te harán picadillo las 24h haciendo ver que si no lo haces eres un «obstruccionista» al que no le importa el bien común, porque el bien común todos sabemos que está palmo arriba, palmo abajo, de los pelendengues progresistas del presidente aplausos.

Siempre me han atraído las causas perdidas, es simplemente por llevar la contraria, no se crean, y en este caso me gustaría echar una mano al PP, pero me atraen los desvalidos, no los tontos, y el PP se merece cada cosa que le está ocurriendo, ya lo siento. Por dedicarse únicamente a la gestión, dejó de lado durante 40 años las ideas, la educación, la cultura, y los medios… Y cuando alguien abandona algo, otro lo recoge, perdieron la batalla por incomparecencia, y todos sabemos que la única batalla que se pierde seguro es la que no se da. Ahora recoge los frutos, y esos frutos son amargos, y no sólo son amargos para ellos, lo son para todos, pues por no darla en su momento ahora tenemos a los mandos del país, aupado en hedor de multitudes a lo peor, pura demagogia, inutilidad y eslóganes dirigiéndonos al precipicio con la mitad de España cantando y bailando hacia el… Y gran culpa de esta situación es suya.

No crispéis, no digáis, no os salgáis del camino que yo he marcado, no oséis contradecir… Y tragaron hasta la última cucharada del puré progresista… La batalla cultural no merecía la pena, no les interesaba, y por lo visto sigue sin interesarles, ellos con la gestión tienen bastante, <«gestoría PP», acudan a nosotros en última instancia para cuadrarles las cuentas>, un plan sin fisuras, ahí, despertando la ilusión del votante. Todo, absolutamente todo lo que nos pase lo merecemos, unos por cabezas huecas, otros por cobardes, muchos por equidistantes y todos por idiotas.

Ana Sánchez