La que se nos viene encima

¿Qué pasará hoy? Me hago esta pregunta cada mañana. Nos mantenemos expectantes, para ver la macabra noticia diaria. Porque sí, cada día aparece una nueva. Lo que unos años atrás hubiese sido un escándalo, hoy pasa desapercibido. Siempre esperando, para ver si a la mañana siguiente, LA noticia es más escabrosa que la del día anterior y cuando no es así, a las televisiones y diferentes medios, siempre les queda el recurso del Rey emérito.

Nos han implantado un Ministerio de la Verdad. Más que nombrarlo así, podían haberlo llamado “Ministerio de la Censura”. Por lo menos estarían contado la verdad y todos nos sentiríamos más ‘serenos’. Cuidado, no discrepes con las ideas del Gobierno, pues quedarás censurado. Hace unos años con aquello de la “Ley Mordaza” miles de españoles salieron a las calles y se manifestaron en contra. Hoy nos mantenemos callados, por si las moscas.

La ciudadanía ha llegado a un punto de hastío, que se está convirtiendo en borregada. Y sí, lo siento en el alma por esta definición. ¿Desde cuándo los españoles hemos dejado de luchar por nuestros derechos? Pues ese día ha llegado. Cada nueva ley, cada decreto, cada movimiento… no se da puntada sin hilo. Con la excusa del Estado de Alarma a consecuencia del Covid-19, nos las van colando y nosotros permanecemos callados.

Después de una nefasta gestión. De ocultar datos y mentir. Tras engañar a la ciudadanía descaradamente y sin tapujos. Donde dije digo, digo Diego y donde dije Diego resulta que no lo dije. Han recortado las libertades esenciales recogidas en la constitución. Todo ello amparados en el virus, pero seguimos impasibles, sin reaccionar.

Mientras los números de infectados por covid no dejan de subir diariamente. Las personas en paro o ERTE siguen aumentando. Mientras las colas en el banco de alimentos, o Cáritas, siguen siendo cada día más largas. Mientras cientos de personas no pueden recuperar su hogar a causa de los okupas. El Gobierno se dedica a imponer leyes que no tienen ningún sentido de necesidad y urgencia en este momento.

En vez de promover aquellas que irían en beneficio de la sociedad y en defensa de los artículos constitucionales, como, por ejemplo, una ley para que no se necesitará una autorización judicial (y el tiempo de espera que conlleva) para conseguir desalojar a los okupas de las viviendas de los propietarios. No creo que fuese tan difícil legislar al respecto, pero no les interesa. Sin embargo, tenemos un sinfín de decretos, que no vienen a cuento, pero que van muy bien para los chiringuitos.

Me pregunto, qué relación tendrá la pasividad con la que estamos afrontando esta situación con el límite impuesto a las reuniones personales. Es cierto, que desde hace algún tiempo están surgiendo movimientos de ciudadanos a través de diferentes redes sociales. Todos con un mismo fin, ir en contra de este Gobierno, pero no por política, sino por la gestión de la pandemia y el recorte en las libertades individuales. Algunos con más acierto que otros, empiezan a ganar seguidores. Pero todo esto queda muy lejos de lo que España fue antaño.

Recuerdo cuando estudiaba, sobre todo durante la época de ESO y Bachillerato, un par de veces al año se convocaban las huelgas de estudiantes y profesores. La mayoría no recuerdo el porque fueron. En cambio, ahora con la instauración de la ley Celaá y el recorte de la libertad de elección de centros, ni una huelga.

¿Recuerdan no hace tanto la huelga de los taxistas contra Uber? Los primeros indicaban que los segundos les quitaban el trabajo y a consecuencia de ello, salieron a defender lo que consideraban suyo por derecho.

Ahora en la situación actual con el cierre de hostelería y turismo, sin ayudas que los ayuden a sustentar esa falta de ingresos, no se les oye. Los pocos grupos que han salido a manifestarse para defender a sus sectores, los callan. Ya saben que, si no aparece en los medios de comunicación, no existe. Pero no se preocupen, que el 25 de noviembre abrirán todos los telediarios con las manifestaciones contra la violencia machista. Mientras tanto los sindicatos mayoritarios están a otra cosa, aunque no se sabe muy bien el que.

Y así vamos pasando los días, uno tras otro. Esperando un nuevo golpe contra las libertades y rezando (quien sea creyente) para que nos devuelvan un poco de lo que nos han quitado. Comentando desde la comodidad de nuestros sillones lo mal que está todo. Deseando que alguien haga algo para remediarlo. Hay un dicho que dice “no llores lo que has perdido, si no lo has defendido”, apliquémonos el cuento.

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2 Comments

  1. De acuerdo, tardan en derogar toda la Ley Mordaza del PP y deberían dejarse de historias contra los medios que mienten y publican bulos.

    Eso se tiene que aprender en la escuela, desarrollando el espíritu crítico. La Ley Celaá es criticable, sí. Pero por quedarse corta: por no aumentar la financiación de la educación pública, por no bajar las ratios, por no expulsar la religión de las aulas, por no poner fin a los conciertos educativos o por no realizar una reforma metodológica.

    Hablar de proteger al pueblo (que va a perder mucho con esta crisis Gobierne quien Gobierne) pero criticar que se conciencie sobre la violencia machista o criticar a los okupas (de forma falaz) pero no apoyar la eliminación de los deshaucios que proponen Unidas Podemos-Bildu-ERC creo que no tiene mucho sentido.

    • Buenos días, en primer lugar agradecerle el tiempo dedicado a leer el artículo y dar su opinión. En cuanto a lo que comenta de la ley Celaá, no solo afecta a los colegios concertados ( los cuales como ya he dicho anteriormente no todos son religiosos) si no que también buscan la extinción paulatina de los centro de educación especial. Lo cual me parece una aberración y me reafirmo en lo dicho. En lo que respecta a la ley de anti desahucio se podría llegar a otros acuerdos con grandes tenedores como los bancos para que ofrezcan alquileres. Pero lo que no se puede hacer es saltarse a la torera el derecho a la propiedad privada y fomentar la okupación de viviendas a particulares. Si busca en internet verá que hay bastantes asociaciones que se dedican a asesorar cómo hacerlo.
      Por otro lado en cuanto a la violencia machista, lo que hay es que educar en el respeto pero no por géneros. En mi opinión vale lo mismo la vida de una mujer, de un hombre o de un niño. No se debería criminalizar a un colectivo solo por su género.
      De nuevo Gracias y un saludo.

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