Ahora culpemos al frutero

El partido político de extrema izquierda “Podemos”, ha impuesto un récord de velocidad desde su aparición. Aprovecharon muy bien su enseñanza venezolana y el hartazgo del 15M. Utilizándolos contra el primer gobierno populista de izquierdas de esta joven democracia, la cuna de todo lo que está pasando desde Cataluña hasta toda España. Conviene recordar que esta movilización fue contra el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, blanqueador internacional de la dictadura de Maduro y el primer “podemita”.

La simbiosis entre PSOE y Podemos ha sido tal, que es complicado diferenciar las ocurrencias de unos y otros. A pesar de la tradición y experiencia populista del PSOE. Y es que Podemos bebió de la fuente. Oye, y casi lo consigue. Llegó a ser la fuerza política con más intención de voto sin que Tezanos estuviera aún en el CIS. De aquella clase era “la gente” y luchaba contra la casta (todos los demás).

De recoger el cabreo colectivo, la corrupción de rojos y azules, de “no ser ni de derechas ni de izquierdas” al: “yo soy comunista”. Y es que la izquierda populista y radical necesita venderse inicialmente como moderada. Cuando no quede más remedio, que la hemeroteca te descubra, entonces sí, quitar careta y presentarte tal cual. No es nada nuevo, los padres del Foro de Sao Paulo, actual Grupo Puebla, Fidel Castro y Hugo Chávez también llegaron al poder disfrazados con el “yo no soy comunista” y pasaron al “exprópiese”, en cuanto pudieron.

El Comunismo o su gemelo maquillado, el Socialismo, necesitan cabreo colectivo, corrupción del gobierno anterior. Pero lo más importante: un enemigo externo e interno a quién culpar de todo, incluyendo sus contradicciones. Aquellas que Pablo Iglesias estaba dispuesto a cabalgar, y tanto que lo ha hecho. Pero desde el poder le da igual y lo peor: a sus votantes también.

El enemigo interno va variando, según su manto de poder va cubriendo más y más, en un mastodóntico e impagable estado, repletos de asesores que como son amigos, no asesoran o lo hacen de pena, viendo los resultados. El poder judicial y el elitismo de los jueces hasta que metes o tienes todo listo para colocar a uno de los tuyos. El control de los medios de comunicación hasta que diriges Televisión Española y riegas de dinero al resto de medios para que estén calladitos.  

Lo mismo con las eléctricas, las puertas giratorias solo deben girar a la izquierda. Cuando ese manto cubre toda la separación de poderes y de democracia, cada día queda menos para que se vea que el paraíso prometido se parece realmente más al infierno, hasta en el color. Entonces, ya solo puedes tirar de enemigo externo: la Unión Europea, el tan socorrido Estados Unidos o cualquier otro país capitalista. A China o Rusia les conviene etiquetarlos para la izquierda, aunque su economía sea tan capitalista como los peores momentos de la historia de EEUU. La ceguera selectiva y las tragaderas de sus votantes pueden con eso y más.

Primero se helará el infierno a ver a un dirigente de izquierdas reconociendo un error, salvo que el mismo “reconocimiento” lleve implícito culpar a otro. Lo hemos visto en las intervenciones de Iglesias, que más que reconocer algún error, los justifica culpando a alguien o algo: “no podemos hacer más porque tenemos poca representación”, han escupido recientemente. Y es que, sus seguidores, con su puño en alto asimilan cualquier cosa. El fanatismo tatuado en la cabeza de muchos es algo a estudio.

Han ido dilapidando una economía que no levanta cabeza, desde el Gobierno del “primer podemita”, cargándose lo poco conseguido con los ajustes, o recortes si lo prefieres llamar así, de los gobiernos de Rajoy. Ahora que queda palpable que sus ocurrencias, son eso, ocurrencias. Que su poder depende de separatistas y pro-etarras, ahora que ya tienen los medios de comunicación, que no hay separación de poderes: “¿de quién depende la Fiscalía, de quién?”Ahora tan solo queda el enemigo externo, pero se han acostumbrado tanto a que su electorado trague que están siendo muy torpes.

Culpar a la Unión Europea de no poder bajar el IVA de las mascarillas y ahora de la electricidad. Usar la justificación de que favorece a los oligopólios de las eléctricas, a pesar de que ya han colocado a su gente allí, ha sido extremadamente torpe. Y puede que siga valiendo para su ejercito de focas, pero el indignado, el anti-sistema sin ideología, a ese lo han perdido.

La velocidad de Podemos ha sido vertiginosa tanto en “asalto de los cielos” a su declive. Y es que el matrimonio “Ceaușescu” cada día baja en popularidad, con la parte baja de la espalda muy deteriorada por “cabalgar” tantas contradicciones, desde su modo de vida a sus acciones políticas, pasando por televisar Pretty Woman en tv o “permitir” a una mujer tumbarse y ver la tele.

Ahora que “la casta” son ellos, que ya tienen todo el poder, se dedican a culpar al frutero y a quien haga falta. Porque la culpa de que el comunismo, con maquillaje o sin el, nunca funcione, que Venezuela no tenga petróleo, que Cuba no tenga azúcar, o que España se quede sin bares, será SIEMPRE de otros.

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