La insoportable levedad del Gobierno

Difícil se hace, casi ahoga, ponerse en estos tiempos que corren a expresar opiniones sobre algo concreto cuando hay tanto que comentar, hay tantos frentes abiertos… y tan poco debate. Mientras tanto, nos encontramos con el mayor reto vivido en nuestros tiempos, contra nuestra propia salud, en forma de una pandemia que, en el caso de España, está siendo tan mal gestionado por un Gobierno que no deja de obviar el artículo 14 de la Ley de Salud Pública desde el comienzo de la crisis. Un artículo que especifica claramente lo siguiente:

“Artículo 14. De las competencias en Vigilancia en salud pública del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.
Corresponden al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad las siguientes funciones en materia de vigilancia en salud pública:

a) La gestión de alertas de carácter supraautonómico o que puedan trascender del territorio de una comunidad autónoma.

b) La gestión de alertas que procedan de la Unión Europea, la Organización Mundial de la Salud y demás organismos internacionales y, especialmente, de aquellas alertas contempladas en el Reglamento Sanitario Internacional (2005), en su caso, en coordinación con las comunidades autónomas y las ciudades de Ceuta y Melilla.

c) Las previstas en el artículo 65 de la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud.

d) La coordinación y evaluación de la Red de Vigilancia en salud pública.

e) Velar para que los criterios utilizados en la vigilancia sean homogéneos, estén homologados y por la oportunidad, pertinencia y calidad de la información.

f) El diseño y la ejecución de una encuesta periódica de salud pública en coordinación con las comunidades autónomas y ciudades de Ceuta y Melilla.

g) La coordinación y gestión de los intercambios de la información correspondiente a la vigilancia tanto en el ámbito nacional como en el ámbito de la Unión Europea, de la Organización Mundial de la Salud y demás organismos internacionales relacionados con la salud pública.

h) La coordinación de los mensajes dirigidos a la población en el caso de que las Autoridades sanitarias emitieran comunicados o recomendaciones en contextos de alerta o crisis sanitarias o que afecten a riesgos inciertos que pudiesen afectar a más de una comunidad autónoma. A estos efectos las Autoridades sanitarias informarán al Ministerio”.

Pero bueno, decir que la OMS declaró la alerta sanitaria internacional el 30 de enero de 2020, a estas alturas, seguirá siendo ciencia ficción para aquellos zombis de la izquierda que han perdido su capacidad humana no ya para pensar, sino para sentir. Algo aún más grave, ya que no sólo pierden una cualidad humana, sino también animal.

Ellos seguirán defendiendo a día de hoy que estuvo genial no tomar medidas hasta después de la celebración del 8 de marzo o que la culpa de todo lo malo la tienen las comunidades autónomas o que Ayuso es la responsable del complot internacional para hacer venir a Barajas desde otros países a personas contagiadas del virus para que no fuesen detectados por los magníficos dispositivos puestos por el Gobierno para evitar la propagación en nuestro país por cepas de otros países (obvio modo ironía).

En fin, pudiera ser, y no nos extraña a nadie en estos momentos, que el silencio que algunas formaciones políticas guardan en relación a algunos políticos, sobre los que se ha descubierto que se han puesto su dosis de vacuna saltándose las prioridades de riesgo impuestas para todos, tenga algo que ver con que pudiera ser que sean muchos más los tocados por la varita mágica de la inmunidad de las vacunas entre sus filas, más de los que nos hemos enterado.

Por cierto, al final dimitió el Consejero de Salud de Murcia por haberse puesto la vacuna sin corresponderle. Esperando estoy a que lo hagan tantos y tantos otros alcaldes y cargos públicos que no han hecho sino justificar su acción, en la mayoría de las ocasiones echando la culpa a sanitarios. He cogido asiento en la espera. Quizás sería más lógico que esos sanitarios, vista su capacidad de decisión superior a la de los alcaldes según estos mismos, ocuparan sus puestos para tomar esas decisiones que aquellos no tuvieron en virtud de su responsabilidad y de la honorabilidad que exigen sus cargos. Por cierto, si Ciudadanos no hubiese exigido esa dimisión en Murcia no se habría llevado a cabo.

Pero eso no importa, no importa todo aquello que les es permitido a aquellos que abanderan las causas nobles de la izquierda, tienen el don divino del perdón perpetuo que les reclaman a los demás. Como Echenique, ese hombre que va dando lecciones a diestros y adoctrinando a siniestros en tantas cosas en las que él, precisamente él, no ha sido ejemplo, como lo de tener a un empleado del hogar sin dar de alta. Bueno, si no mal recuerdo, campanas y fuertes sonaron sobre dar de alta a los trabajadores de la televisión de cabecera de Iglesias. Aquella tele que trabajaba para Irán. Sí, sí, esa República Islámica tan hermana del podemita de largos cabellos. Una República que castiga a las mujeres por serlas y que cuelga del cuello a los homosexuales por serlo. Esa misma.

En fin, todo un ejemplo de magnitudes pandémicas, aquél del discurso fácil, aparentemente justo, que reclama a las emociones de tantos ciudadanos que cada vez están más al cuello en falta de ingresos y con un aumento de impuestos por parte de esos mismos a los que tanto les gusta imponer la cátedra de un moralismo político que se haya en las Antípodas de aquello que representan y mucho menos que pretenden y que callan.

Decía Winston Churchill que “Nunca llegarás a tu destino si te detienes a tirarle piedras a cualquier perro que ladre”. Y es que en eso se ha convertido nuestro Congreso, la mayoría de nuestros partidos y la inmensa mayoría de nuestros medios de comunicación, especialmente aquellos que más se acercan a los extremos de la izquierda y de la derecha, aquellos que más les gusta dar lecciones de moral y de hablar de libertad, de una parte de libertad mientras coartan la otra. Frente a ese mundo de piedras, ladridos y camino perdido o inexistente sólo Ciudadanos ha tendido puentes constructivos en esta legislatura consiguiendo grandes logros para beneficio de todos los ciudadanos a pesar de no estar en el Gobierno y a pesar de no haber apoyado los presupuestos del mismo.

Esta semana tuve la suerte de dar con un programa de radio expuesto en YouTube. Un programa que en esta ocasión consistía en una entrevista a un parlamentario andaluz de Ciudadanos, Fran Carrillo, senador en tres legislaturas. Comencé a escucharlo y me enganchó de tal manera que hacía tiempo que no escuchaba con tanta claridad la percepción de la situación política, las grandes cuestiones relacionadas con la ideología y la necesidad de devolver la coherencia a nuestras instituciones y a la política de nuestro país.

Os dejo el enlace porque realmente merece la pena y mucho escucharlo y entender, a través de sus palabras, lo que representan los que nos están gobernando y por qué las cosas no están funcionando y no tienen perspectivas de llegar a hacerlo mientras no se produzca un cambio necesario en el poder.

Enlace al programa entrevista a Fran Carrillo.

Acabo con una frase del psicólogo pionero en la psicoterapia existencialista Rollo May: “La depresión es la incapacidad de construir un futuro”. Y no, no es sólo la pandemia.

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