Política sin complejos del PP

La clase política de unos años atrás se caracterizaba por tener tremendos complejos y correctismo político de unos hacia los otros, miramientos y cortesía en el Parlamento y en los medios de comunicación, si acaso algún rifirrafe de vez en cuando para cumplir y poco más. Si, todo eso fue derivado del buenismo llevado a esos extremos por los propios políticos. Era el “te toca jugar, me toca jugar” del bipartidismo en equilibrio más o menos controlado, en el que flotaban las castas políticas de ambos bandos.

Y entonces llegó el movimiento 15M, como consecuencia de la crisis del 2008 y los recortes de ayudas sociales y públicas. Los indignados del 15M lograron visibilizar su descontento y su repulsa al sistema que hasta entonces había estado vigente. Se dedicaban a reivindicar cambios en la Ley Electoral, la garantía del cumplimiento de los derechos básicos de la Constitución, una reforma fiscal favorable para las rentas más bajas, la condena de la corrupción o la recuperación de la memoria histórica…y las demandas se organizaron por colores, tal y como patrocina Soros en las revoluciones de colores, calco de las revoluciones masivas contra regímenes autoritarios de principios del siglo XXI caracterizadas por una movilización pacífica.

Estaba la Marea Blanca, en defensa de la Sanidad Pública y la Marea Violeta (igualdad)… y otras que no han llegado hasta la actualidad o la plataforma ciudadana STOP Desahucios que continúa diez años después apoyando a las personas que van a ser desahuciadas de sus hogares. En fin, una ‘revolución del color’ clásica que consta de tres etapas: Protestas, mítines, manifestaciones y piquetes; persuasión de la gente de la ilegitimidad del poder y formación de un movimiento antigubernamental, desprestigio de las fuerzas de seguridad, huelgas, desobediencia social, disturbios y sabotaje para intentar conseguir el derrocamiento no violento del gobierno en el poder.

Visto desde la lejanía, no solo fue una vuelta de tuerca al gobierno de Zapatero, sino que también al sistema en general con el ´poder del pueblo para el pueblo´. Como poner fin a una época en la que la política era sinónimo de alternancia y empezar otra de incertidumbre en la que los indignados cobran protagonismo. Podemos ha sido el referente más claro de este episodio. Los partidos tradicionales y mayoritarios en disputa con un nuevo partido nacido en el 15M… sin trayectoria, pero con financiación detrás y con la ideología de los lideres bolivarianos que lo financiaron y con la mirada fijada en el comunismo acérrimo que cautivó a las masas con su populismo y sus reivindicaciones sembrando de enfrentamiento a generaciones, parejas, familias, empresas…engendrando un caos en todo lo que le rodea. Prometen ideales de humo sin sentido que sacian las mentes de los crédulos mientras ellos avanzan en sus mentiras e incoherencias y se llenan los bolsillos haciendo lo contrario de lo que predican.

Y los partidos mayoritarios juegan a su juego peculiar de tira y afloja, sin prestar mayor atención a los movimientos emergentes. En 2014 también surge VOX, un partido en las antípodas de Podemos y menos visible que, aunque su crecimiento es más lento por falta de recursos, se caracteriza por ser fiel a sus principios y tener el mismo discurso a lo largo del tiempo y ser el mismo en toda la geografía española. Un discurso alejado del buenismo y el correctismo político que sólo se preocupa del bienestar de los españoles. Su nacimiento y crecimiento ha estado provocado por la falta de criterios de uniformidad y por la adopción de argumentos típicos de los progresistas e incluirlos como propios. Por ese querer agradar a todos caen en las manos de la izquierda y cuando están en el poder, no tienen los arrestos suficientes como para derogar leyes que iban en contra de sus criterios, para no incomodar a la izquierda o perder votos.

La cuestión es que, por ejemplo, la Agenda 2030 fue suscrita por PP en 2015. Con lo que llegamos a la guinda del pastel, en el Congreso nacional del PP en Valencia Pablo Casado dice que España no puede esperar más, que ahora va a llevar a cabo una política sin complejos. Para ello va a derogar todas las leyes ideológicas de Pedro Sánchez, y da un vuelco hacia el tradicional argumentario de VOX. No a la eutanasia, provida, reducción de impuestos, orgullo nacional, contra la ocupación de viviendas, memoria histórica imparcial, libertad de elección lingüística, contra la inmigración ilegal, reindustrialización, mejor reparto del agua… Vamos, que pretenden que ahora España crea que va en serio y no les van a fallar a la primera de cambio, en cuanto les dé el ataquillo de correctismo para no salirse del plato y poder seguir comiendo la sopa boba. Según Pablo, va a asfixiar a VOX, (por si le pisa los talones).¿Valor o cobardía? ¡Juzguen ustedes mismos!

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