Luces y sombras, pero el viaje continúa

Temporada marcada por la irregularidad del Club Deportivo Mirandés. Dos entrenadores, cesiones acertadas, otras no tanto y una estrecha separación entre equipo y afición han sido el mejor resumen que se puede hacer a esta Liga SmartBank que deja al conjunto rojillo en la tabla media.

Apostar por un entrenador sin experiencia en la categoría como Lolo Escobar fue un riesgo que el Mirandés cometió y, de poco, lo paga muy caro. El técnico de Don Benito duró unas cuantas jornadas, donde fue incapaz de encontrar la tecla necesaria para poder encaminar una cierta racha de fortuna. Predominaba siempre el juego mediocre. 

Cierto es que se marcaban goles, siendo de principio a fin Sergio Camello y Riquelme piezas fundamentales para el equipo de Anduva, pero con un nivel defensivo escaso y sin la idea de un entrenador… al que estos dos jugadores salvaron metafóricamente el pescuezo durante el transcurso de unas cuantas jornadas.

Con la Llegada de Etxeberria, los rojillos empezaron a tener un fútbol mucho más vistoso, teniendo una idea clara y gran mejora defensiva. Destacaban especialmente por el gran dominio que ejercía el Mirandés en los partidos desde que ‘el Gallo’ se sentó en el banquillo. Aunque la temporada tampoco terminó demasiado bien en cuanto a lo que resultados respecta. A pesar de todo, Etxeberria salvó a tiempo una temporada que olía a descenso.

Por otro lado, se vio una clara fisura entre equipo y afición, donde Anduva no brilló de colorido, marcado por las diferencias entre la directiva y afición, algo que viene desde hace tiempo. A todo esto, habría que añadirle el descontento en algunos momentos por parte de la prensa hacia la directiva, dejando en muy mal lugar al presidente de la entidad. Anduva, bajo mi punto de vista ya no es lo que era. Antaño disfrutaba más del colorido de Anduva, incluso cuando el equipo jugaba en 3 División me apasionaba mucho más que ahora.

Lo más destacado por parte de a lo que se refiere de afición fue el 25 aniversario de la Peña Komando Kemando que celebraron este aniversario pudiendo ver como el Mirandés se salvaba un año más de la quema. Aun así, la afición rojilla, la afición de siempre, los que están en las duras y en las maduras, como pasa en todos los equipos, siempre defendió sus colores, recordando una cosa y es que, pase lo que pase, sea la directiva que sea o los jugadores que defiendan el escudo, los importante es el CD. Mirandés.

Pienso que hablar de mala temporada sería completamente injusto, ya que al final se logró el objetivo, que no es otro que la salvación y que, durante algún momento de la temporada, llegó a verse un fútbol vistoso, sobre todo tras la llegada de Joseba Etxeberria. Pero tampoco sería justo tildar de buena temporada algo que olía a descenso durante muchas pero muchas jornadas. Los números de los jugadores como Camello, Riquelme, Arroyo, Lizoain que, para mí, fueron los más destacados, más las aportaciones de Brugué, Marqués y Meseguer siendo jugadores que, sin ser tan determinantes, también aportaron su granito de arena que sirvió para mantener la categoría.

En definitiva, lo importante es que el viaje sigue su marcha una temporada más en LaLiga SmartBank. Una temporada que será la 2022/2023 muy norteña y con muchos desplazamientos cerca de Miranda de Ebro. Espero que, en esta nueva andadura, la brecha que existe entre equipo y afición se solucione, aunque considero que el motivo real de esta brecha es la directiva. Un año más Miranda disfrutará del fútbol profesional, ese que tanto costo disfrutar y que según más se profesionaliza… el encanto por este, al menos en mi caso, acaba disminuyendo. A pesar de todo, los rojillos tendrán una nueva temporada para ilusionar a todos los mirandeses y aficionados al Club Deportivo Mirandés.

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